Cellbit no podía contestarle porque ni él mismo lo sabía. Sus pensamientos no habían ido más allá de llevarlo a la cama y cumplir la fantasía que lo había poseído desde que lo había visto por primera vez.
Apenas dormía por las noches pensando en él, y quería terminar con aquella dulce tortura. Sabía que su historial no era muy bueno, y no tenía ninguna experiencia en relaciones largas. Pero hasta el momento no era algo que le preocupara, no cuando «corto y dulce» había sido siempre su lema.
Así que, ¿quería una relación con aquél hombre? ¿Estaba preparado para
romper una de sus normas más importantes y comprometerse a largo plazo? Él tenía un hijo. Si quisiera tener a Roier, tendría que empezar a pensar también en su hijo...-No.
Roier respondió por él, sonriendo para ocultar su dolor, y se agachó para recoger el lazo rojo del suelo. Cuando se levantó, sus hermosos ojos cafés tenían una mirada que Cellbit nunca había visto antes.
-Es lo que yo creía. Bueno, mejor, porque yo tampoco busco una relación. Ya tropecé una vez en mi vida, y no tengo ninguna prisa por que vuelva a sucederme. Buenas noches, Cellbit. Que disfrutes del fin de semana. Yo lo haré.
Cellbit le dejó marchar, maldiciéndose a sí mismo porque su ingenio parecía haberlo abandonado. ¿Por qué había necesitado tanto tiempo para responder a aquella pregunta tan lógica? Él no era un bruto insensible.
Debería haber sabido desde el principio que él no era el tipo de hombre que va de romance en romance, aunque su primera impresión fuera todo lo contrario. Había aprendido enseguida que Roier era serio y leal, y que para él lo primero era su hijo.
Su madre lo habría catalogado como
«potencialmente casadero». Cellbit gimió. Él no quería casarse. Para él, «largo plazo» significaba más de cuatro o cinco citas, ni se planteaba un compromiso de por vida.Cellbit decidió que ya había examinando suficientemente sus sentimientos, así
que se acercó al teléfono que había en la pulcra mesa de Roier. Mientras marcaba el número, se fijó en un cuaderno que había sobre la mesa.En la primera página que abrió estaba escrito: Sábado, comprarle zapatos a Pepiux, luego llevarla al Chiqui Park de 2
a 4». Cellbit estaba intentando descifrar la última parte de la nota cuando oyó que al otro lado descolgaban.-¿Dígame?
-¿Mãe? Soy Cellbit. ¿Vas a estar en casa esta noche?
-¡Cellbit, é você! Me preguntaba cuándo ibas a aparecer. Claro que voy a estar en
casa, mi sesión de bridge fue ayer. Justamente ahora estaba en la cocina, preparándome la cena. ¿Por qué no te pasas y cenamos juntos?Consciente de que hacía mucho tiempo que no la veía, y agradecido por la
oportunidad de sentarse y relajarse junto a alguien que conocía todas sus debilidades como él mismo, Cellbit dejó el cuaderno sobre la mesa.-De acuerdo, te veré en una hora. Llevaré uma botella de vino.
-¿Cellbit?
-¿Sí, mãe?
-¿Estás bien, cielo? Te noto un poco tenso. -Por la frustración sexual, sin duda. Con una sonrisa compungida, Cellbit suspiró y respondió:
—Estoy bien. Demasiado trabajo, eso es todo.
-Bueno, vente para acá y descanse um pouco. Será maravilloso disfrutar de tu
compañía un rato.Mientras devolvía el auricular a su sitio, Cellbit se sorprendió porque sentía lo
mismo.
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En la cama con su jefe - Guapoduo
FanfictionSu jefe lo quería en su cama. Cuando Cellbit Souza encontró a Roier De Luque durmiendo en la oficina se puso furioso, convencido de que su empleado había estado de fiesta toda la noche. Él no sabía que Roier era un padre soltero que había estado to...