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𝘼𝙙𝙝𝙖𝙧𝙖
Argentina| Nordelta - Diciembre 2021
Apenas llegué a mi casa comencé a ordenar y limpiar, ya qué mi familia iba a venir mañana a pasar el día y pasado íbamos a comer un asado con TODA la familia.
Pero ¿Por qué TODA la familia? Resulta que justo la última semana qué estaría en Argentina coincide con el viaje anual a Buenos Aires de mi familia.
Ése viaje anual era una tradición en mi familia materna desde hace más de 30 años, alquilan un colectivo entre todos y en época de verano y fiestas viajan hacia acá, es realmente una linda experiencia (agregando que son como seis tíos y eso significa que somos banda de primos) y es más que nada como terapia familiar (más de una vez se fueron a las piñas pero shhh)
Después del asado me iba con ellos unos días a Mar del plata. En fin, que vida la mía.
...
- HOLA HOLA, VOLVIÓ EL MOTOR DE TÚ VIDA.- Eso fue lo primero que escuché a penas abrí la puerta principal y allí estaba mi hermano Menor, Teo. Qué se tiró a abrazarme cómo garrapata.
Mis papás, qué estaban bajando de un auto alquilado veían a lo lejos la escena. Mi hermano tenía 12 años y creo qué se olvidaba de eso cuando me abrazaba así.
Mis papás me contaban cómo el sufría debido a la distancia, ellos habían vuelto a vivir a Santa Fe apenas cumplí la mayoría de edad y me asenté en mi propia casa, claramente junto a ellos se fue Teo, el había sido apegado a mi desde que llegó a este mundo.
Yo tenía siete años en ése entonces y cuándo era adolescente varias veces me tocaba cuidarlo, el no aceptaba niñeras, sólo a mí. Teníamos una relación ejemplar de hermanos, varias veces llegué a cancelarle o cambiar de día a programas exitosos sólo para cuidarlo o pasar tiempo con él. No puedo describir la forma en la que lloró cuándo mis papás le dijeron que se volvían a nuestra provincia original.
Cada que podía yo iba a verlo, pero luego empezó la cuarentena y casi no podía ir a Santa Fe. Y ahora sería peor, ya que me encontraría en el otro lado del mundo y no podríamos pasar las fiestas y su cumpleaños juntos.
- HOLA MI AMOR, TE EXTRAÑE UN MONTÓN.- dije yo abrazándolo fuertemente.
Después de unos segundos lo baje por qué no podía aguantar todo su peso, en éso mis papás se acercaron y mi papá me abrazaba levantándome del piso, luego me abrazo mi mamá.
Mi relación con mis padres era muy buena (a pesar que a veces teníamos peleas), siempre me alentaron a seguir y conseguir mis metas. Siempre hubo confianza y jamás tuve la necesidad de ocultarles algo. Por ejemplo ¿Me quería ratear de la escuela? Les mandaba y todo okey ¿Quería juntarme con alguien o con algún pibe? Les daba los detalles y no hay drama.
