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Me re sorprendí, no me esperaba para nada esa acción, pero obviamente se lo correspondi.
Las manos de Matías fueron a parar a mi cintura, imponiendo un fuerte agarré. Yo tenía las mías abrazando el cuello de él, acercándolo a mi.
Me empuja levemente hacía dentro de la cabaña y con un espalda cierra la puerta, todo esto sin separamos un sólo centímetro.
El estaba contra la puerta, cuándo empezó a faltar el aire nos alejamos un poco y Matías aprovecho para cambiar lugares, quedando yo atrapada entre la puerta y él.
Nos besábamos fuertemente, cómo con bronca.
Matías llevo una de sus manos al lado izquierdo de mi cara, tomándola con fuerza y empezando a besar mi mandíbula.
Yo dejé salir leves suspiros ante el tacto de los labios de Matías allí, mis manos pasaban levemente por el cuerpo de él, cada tanto pegando lo más posible nuestras anatomías.
Mi mente estaba casi nublada, no podía ni pensar. Habiamos estado peleados, me ignoró y demás. Pero ahora estábamos comiendonos hasta el alma,
Adhara del pasado no se creería que la actual está así con el de Apache.
Decidí salir un poco del lado sumiso y agarró bien la cara de Matías, volviendo a unir nuestros labios. Poco a poco lo voy guiando hasta mi cama, estando el de espaldas y yo con mis manos en sus hombros, el se sienta y pocos segundos luego me subo encima suyo.
Lo fui recostando lentamente, sosteniendome gracias a mis brazos que descansaban a los lados de la cabeza de Recalt, el tenía agarrada mi cintura.
Nos quedamos mirando a los ojos unos minutos, yo llevé mi mano a su cachete, dejándola allí y uno nuevamente nuestros labios, está vez diferente. Emanaba deseo, pero al mismo tiempo era muy lento y suave, transmitía mil y un cosas.
