Capítulo 7: Encuentro Inesperado

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Minho caminaba por las calles iluminadas de la ciudad, su corazón latiendo con nerviosismo y anticipación mientras se dirigía hacia el lugar de su cita a ciegas. Se sentía seguro con su aspecto, confiando en que su atuendo elegante y su actitud segura de sí misma lo ayudarían a dejar una buena impresión.

Mientras tanto, Han esperaba en el mismo lugar, sintiendo una mezcla de emociones encontradas mientras aguardaba la llegada de su cita a ciegas. Estaba nervioso por enfrentarse a Minho después de tanto tiempo, pero también esperaba que esta fuera una oportunidad para hacer las paces y dejar el pasado atrás.

Jeongin observaba desde lejos, ansioso por ver cómo se desarrollaría el encuentro entre sus dos amigos. Había planeado cuidadosamente cada detalle de la cita a ciegas, esperando que fuera un momento especial para ambos.

Finalmente, Minho llegó al lugar acordado, su corazón latiendo con fuerza mientras buscaba a su cita a ciegas entre la multitud. Sus ojos se encontraron con los de Han, quien lo observaba con una mezcla de sorpresa y nerviosismo desde una mesa cercana.

Por un momento, Minho se quedó sin aliento, sorprendido por la inesperada presencia de Han. No podía creer que su cita a ciegas fuera el mismo chico que había sido su enemigo durante tanto tiempo.

Han se levantó de su asiento, su corazón latiendo con fuerza mientras se acercaba a Minho con cautela —Minho... yo...— comenzó, pero las palabras parecieron abandonarlo en ese momento crucial.

Minho lo miró con una mezcla de sorpresa y confusión, sin saber qué decir. Había esperado encontrarse con un extraño en su cita a ciegas, no con alguien que conocía tan bien.

Jeongin observaba desde lejos, sintiendo el peso del momento mientras veía a sus dos amigos enfrentarse a su pasado compartido. Sabía que este encuentro sería un punto de inflexión en su relación, y esperaba que pudieran encontrar la manera de seguir adelante juntos.

Con el corazón en la garganta, Minho y Han se enfrentaron el uno al otro, listos para confrontar los demonios del pasado y abrirse camino hacia un futuro incierto pero lleno de posibilidades.

La tensión en el aire era palpable mientras Minho y Han se enfrentaban el uno al otro, cada uno cargado con sus propias emociones reprimidas y resentimientos acumulados a lo largo del tiempo.

—¿Cómo te atreves a aparecer aquí como si nada, Han?— Minho estalló, su voz llena de furia contenida mientras miraba fijamente a su antiguo enemigo —Has hecho mi vida un infierno desde el primer día que nos conocimos. Siempre te he odiado por eso.

Han bajó la mirada, sintiendo el peso de las palabras de Minho como un golpe en el estómago. Sabía que había cometido errores imperdonables en el pasado, pero nunca había imaginado que su odio hacia Minho pudiera causar tanto daño.

—Lo siento, Minho— murmuró Han, su voz apenas un susurro en medio del caos emocional que los rodeaba —No puedo cambiar el pasado, pero puedo intentar hacer las paces contigo ahora.

Minho frunció el ceño, sus ojos destellando con incredulidad ante la sugerencia de Han —¿Hacer las paces? Después de todo lo que has hecho, ¿crees que una disculpa lo arreglará todo?— exclamó, su voz llena de amargura —No puedo creer que hayas tenido el descaro de entrometerse en mi vida otra vez.

Han se mordió el labio inferior, sintiendo un nudo en la garganta mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas para responder. Antes de que pudiera decir algo, Minho continuó, echándole en cara la relación que había tenido con Rosé.

—¿Recuerdas a Rosé, Han? ¿Recuerdas cómo me destrozaste cuando comenzaste a salir con ella después de lo que pasó entre nosotros?— Minho preguntó con resentimiento, sus palabras cortando el aire como cuchillas afiladas.

Han se quedó en silencio por un momento, su corazón latiendo con fuerza mientras procesaba las palabras de Minho. Sabía que nunca podría borrar el pasado, pero esperaba poder encontrar una forma de seguir adelante juntos.

Antes de que pudiera decir algo más, Han se acercó de repente a Minho, tomando su rostro entre sus manos con ternura antes de inclinarse y darle un beso furtivo. Fue un gesto impulsivo, un intento desesperado de mostrarle a Minho cuánto lamentaba todo lo que había pasado entre ellos.

Minho se quedó sin aliento por un momento, sorprendido por la inesperada muestra de afecto de Han. Se separaron, sus miradas encontrándose en un silencio cargado de emociones indescriptibles.

Minho se quedó aturdido por el beso repentino de Han, su mente girando con una mezcla de emociones mientras trataba de procesar lo que acababa de suceder. Con la confusión pintada en su rostro, se volvió hacia Han con una mirada inquisitiva.

—¿Qué estás haciendo, Han?— preguntó Minho, su voz temblorosa con la incertidumbre —¿Qué pasa con Rosé? ¿Por qué me besaste?

Han bajó la mirada, sintiéndose abrumado por la intensidad del momento —Si quieres respuestas, Minho, tendrás que aceptar la cita conmigo— respondió con calma, su voz cargada de determinación.

Minho frunció el ceño, sintiendo una mezcla de frustración y curiosidad ante la respuesta evasiva de Han —Está bien— murmuró, resignándose a seguir adelante con la situación —Pero necesito respuestas, Han. Necesito entender qué está pasando entre nosotros.

Con un asentimiento, Han guió a Minho a un rincón apartado del lugar, donde pudieran hablar en privado. Durante horas, los dos jóvenes compartieron sus pensamientos más íntimos y sus emociones más profundas, desentrañando los complejos hilos de su complicada relación.

—Entiendo que me odies, Minho— comenzó Han con sinceridad, su voz cargada de pesar —Pero necesitas saber que mi odio hacia ti nunca fue realmente sobre ti. Fue sobre mi propia lucha interna y mis miedos.

Minho frunció el ceño, confundido por las palabras de Han —¿Qué quieres decir?— preguntó con cautela, su curiosidad despertando mientras esperaba una explicación.

—Mi familia siempre ha sido homofóbica— admitió Han con tristeza —Desde que era joven, me enseñaron que las relaciones entre personas del mismo sexo eran malas y que debían ser condenadas. Cuando descubrí mis propios sentimientos hacia ti, me aterrorizó la idea de enfrentarme a mi familia y aceptar quién soy realmente.

Minho asintió lentamente, comenzando a comprender la verdadera naturaleza del odio de Han hacia él —Lo siento, Han. No tenía idea de lo que estabas pasando— murmuró con empatía, su corazón lleno de compasión por su antiguo enemigo.

Han miró a Minho con determinación, su expresión firme y decidida —Pero ahora sé que no puedo dejar que el odio de mi familia dictamine mi vida— continuó Han con convicción —Estoy dispuesto a ir en contra de ellos si eso significa estar contigo.

Minho se quedó sin aliento ante la declaración audaz de Han, sintiendo una oleada de emoción y esperanza llenar su pecho —Han, yo...— comenzó, pero las palabras parecieron abandonarlo en ese momento crucial.

Antes de que pudiera decir algo más, Han se acercó a Minho con determinación, tomando su rostro entre sus manos con ternura antes de inclinarse y darle un beso lleno de pasión y promesas de un futuro juntos.

Cuando se separaron, Minho y Han se miraron el uno al otro con una nueva comprensión y una renovada esperanza para el futuro. Habían pasado de ser enemigos acérrimos a aliados potenciales, y sabían que el camino hacia la reconciliación sería largo y difícil, pero estaban dispuestos a recorrerlo juntos.

—Y Rosé?

—Solo quería olvidarte...pero jamás pude dejar de pensar en ti.

Are you ready for it? - MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora