II

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Harry apenas había podido descansar sin despertarse cada dos horas con la piel bañada en sudor por las pesadillas que le atormentaban, la luz vibrante e intensa de aquel hechizo asesino, los ojos de Sirius fijos en él intentando transmitirle todo en los segundos de vida que aún le quedaban y el corazón de Harry en la garganta viendo cómo la vida se llevaba la única luz de su existencia. Cómo en minutos, en pequeños segundos había dejado de reír para sufrir y agonizar en la tristeza y soledad máxima.

—Harry... —Los ojos del mayor no se apartaban del más pequeño mientras sonreía con nostalgia—. No es tu culpa... —Soltó Sirius antes de partir mientras lo veía directamente a los ojos antes de que su alma dejara de pertenecerle a su cuerpo.

Fue en ese momento cuando Harry se despertó de golpe sentándose como un rayo en la cama y los ojos completamente abiertos, todo su cuerpo estaba sudado, su corazón acelerado y no se había dado cuenta de que estaba llorando, llorando profundamente y con los ojos hinchados.

Dentro de la mente y el corazón de Harry, lo único que podía sentir, pensar y escuchar era un cántico de depresión que lo abrazaba sin medida alguna, sin posibilidad de soltarlo o dejarle respirar.

El vacío lo volvió a envolver y la mirada de Harry volteó a ver a todos, eran apenas las cinco de la mañana y aún para su suerte seguían dormidos, fue entonces cuando, con la garganta adolorida, cerró las persianas de su cama, aplicó un hechizo silenciador y ocultó su rostro dentro de sus rodillas comenzando a llorar en silencio, sollozando sin hacer ningún ruido mientras quería gritar, quería explotar todo a su alrededor, apesar de que podía hacerlo, no le salía.

Nadie entendía lo mucho que dolía estar en su posición y mostrarse fuerte e indiferente ante los demás como si no siguiera doliendole la realidad de todo, dolía aún más.

—Prometiste que viviríamos juntos... Prometiste que no ibas a abandonarme como los demás. —Expuso con la voz ronca hablando para él mismo mientras miraba de vez en cuando el cielo y comenzaba a llenarse de tristeza.

Pero no sólo era la tristeza y el vacío, era el enojo que sentía en su corazón, la injusticia de las cosas que le pasaban y mientras lloraba, comenzó a golpear desmedido las almohadas, las rompía con sus uñas mientras maldecía una y otra vez a medida que se golpeaba él mismo, jalaba sus cabellos y continuaba llorando sin poder ver ante el líquido que seguía saliendo de sus ojos.

—¡Yo ni siquiera pedí esto! —Gritó con todo lo que su corazón daba y volvió a esconder su rostro entre sus rodillas.

Lo peor de todo es que en ese momento y sólo en ese momento, Harry necesitaba de Sirius, de sus palabras, sus abrazos, su calidez paternal, lo necesitaba tanto y ahora ya no estaba.

No había notado que se había incluso rasguñado los brazos los cuales estaban irritados y a un rojo vivo pero eso no le interesó, quería escapar de todo lo que estaba sintiendo, quería huir de su vida y fue entonces cuando, en silencio, salió de su cama tomando tan sólo sus lentes para así salir de su habitación con pasos cansados y desorientados.

Aunque no se viera, se sentía como si Harry con cada paso que daba dejaba un rastro de sangre en el suelo que sólo salía de su corazón, de su pecho adolorido y maltratado. Su mente ya ni siquiera funcionaba como antes y sin poder predecirlo, llegó hacia la torre de astronomía donde simplemente se acercó hacia el barandal mientras sentía el frío de la madrugada golpear con su rostro y la oscuridad de todo el terreno de la escuela.

Había algo tan tentador, tan ameno y pacífico en el hecho de acercarse cada vez más, de sentir que estaba justo al borde a punto de caer. Y sería tan fácil... Dejaría de sentir, dejaría de sufrir, de pensar, de perder y llorar, dejaría de existir en un mundo al cuál él ya no pertenecía pero por más que quisiera, por más que su alma se lo rogaba, Harry no tenía las bolas para tirarse de allí y eso sólo le hizo reír con enojo y frustración mientras sentía sus mejillas bañadas en lágrimas nuevamente.

Del infierno a la tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora