V

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Harry sentía unas voces lejanas resonando en sus oídos, sonaban cerca pero al mismo tiempo lejos. Su cabeza dolía como el maldito infierno y estaba matándolo de dolor con constantes punzadas como si hubiesen golpeado su frente contra el suelo repetidas veces y su cerebro fuese el único que sufrió los efectos.

Le dolía cada maldito centímetro de su cuerpo y no sabía si realmente quería abrir los ojos pero las voces desconocidas a su alrededor fue lo que le hizo finalmente abrir sus párpados sin entender en dónde estaba.

Estar confundido y consternado era poco para lo que estaba Harry pues al verse en la enfermería de Hogwarts su rostro se plantó en duda completa.

¿Cómo había llegado ahí? ¿Qué le había pasado esta vez?

Lo que realmente le hizo soltar casi un grito fue cuando su mirada evaluando los alrededores notó a Ron en una camilla, tenía el rostro lleno de vendas, estaba aún inconsciente y parecía tener las facciones irreconocibles.

—Por dios, ¿Qué le pasó? —Soltó sin preguntarle a nadie en específico más como una expresión al aire y comenzó a ponerse de pie con rapidez para ir a la camilla del contrario.

—Señor Potter, no puede levantarse, necesita reposar. —Madame Pomfrey apareció a la vista para negarle el paso e intentar regresarlo a cama.

—Es mi mejor amigo y yo realmente estoy bien. —Intentó zafarse del agarre de la mayor con insistencia en una lucha de "Estoy bien" "No, debe descansar" y luego de debatir un rato largo con ella, logró convencerla de que le dejara acercarse a Ron.

Harry sintió un amargo intenso en su pecho. El pelirrojo realmente tenía múltiples heridas en su rostro, las vendas estaban rojas ligeramente pero al ver la papelera al lado de la cama, sintió palidecer al notar la cantidad de vendas empañadas en sangre que estaban allí.

Estaba tan absorto solamente en Ron que al rato, cuando fue a evaluar el daño de su propio cuerpo, notó que él mismo tenía las manos vendadas. Elevó una ceja completamente confundido e intentando recordar qué mierda había pasado el día de ayer pero no consiguió nada.

—¿Qué fue lo que pasó? —Preguntó el moreno sentándose en la camilla de Ron sin molestar su espacio.

—Nadie sabe con exactitud. Cuando desperté y abrí las puertas de la enfermería, los dos estaban sentados en el suelo completamente inconscientes fuera de mi puerta, estaba esperando que despertaran para preguntarles lo que había sucedido sobre todo con el señor Weasley, de no haberlo visto a tiempo, habría perdido más sangre de lo usual. —Pomfrey se paseaba por la enfermería llenando unos vasos con un líquido sanador y así volver hacia el moreno.

Y para Harry, aquello sólo lo confundió más, no sabía qué mierda había pasado y por qué habían terminado los dos en aquella sala, pero, si había sido un ataque, ¿Por qué parecía que el único afectado era Ron y Harry el máximo rasguño que poseía era el de sus manos con vendas? ¿Acaso había defendido a puños a quién había atacado al pelirrojo? Pues eso era lo más lógico y lo que sin duda alguna Harry habría hecho pero no podía evitar sentir en el fondo de su estómago la culpa invadirle de manera profunda y palpitante.

—¿Cuánto tiempo lleva sin despertar? —La mirada verde simplemente veía hacia el vaso que Pomfrey le había ofrecido y que tomó sin titubear.

—No ha despertado desde que los encontré por la mañana, no está en estado crítico pero sus heridas eran profundas. Estamos a la espera de que despierte para que nos pueda decir lo que sucedió, ¿Relamente no recuerda nada, señor Potter?

Harry con decepción y arrepentimiento, negó.

Pasaron alrededor de una hora mientras el moreno no se alejó de su mejor amigo y ya que eran apenas las once de la mañana, se levantó finalmente de allí para irse.

Del infierno a la tierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora