Epilogo

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Quizás todo se esté volviendo una locura, quizás me este volviendo loca, pero todo esto lo hago porque lo amo, y se lo que vale, se todas las cosas que hizo por mi amor.

El trató de matarme, no solo una vez, sino varias, cuando estaba con él siempre estaba expuesta, cuando me besaba sentía que me iba hacer daño, sentía que en cualquier momento podría morir, me sentía insegura.

El estaba metido en una clínica psiquiatra por mi culpa.

Esos hermosos ojos negros que tanto adoraba, me observaron con cierta malicia.

Oh no.

Oh no.

Daylon estaba aquí.

Estaba listo para hacerme daño.

Corri y corri por todo el pasillo, hasta quedar sin salida.

Su sonrisa se hizo grande, sus ojos se veían enfermizos, Daylon estaba poseyendo el cuerpo de mi amado, y era aterrador, como la persona que más amas cambie de esa manera tan abrupta.

Sus grandes manos se posaron en mi cuello, me agarró con tanta fuerza que me alzó, me sentía diminuta ante él.

Era una imagen horrible ver al hombre que tanto amas, agarrarte de esa manera.

— Tic tac— Movió la cabeza como las manecillas del reloj— Tu tiempo se acabó, tic tac, tic tac, las manecillas del reloj hacen tic tac— Cantó en un tono de voz moredado y algo enfermo— Darker no está aquí para salvarte.

Con mis pocas fuerzas hablé, sabía que el estaba ahí, solo se estaba dejando dominar de alguien que no merece existir, de esa personalidad que está acabando con todos nosotros — Yo sé que el está ahí, y que el regresará a este cuerpo porque su alma me ama.

— Que ridicula— Dijo en un tono burlón.

Me sentía terrible, desde un principio sabía que el no era alguien de confiar, alguien bueno, sabía que el era un asesino, pero matarme a mí.

La garganta me ardían, mi vista se hizo borrosa, mis manos no tenían la fuerza que debían para agárrarlo y detenerlo.

Las lágrimas empezaron a caer de mis ojos, mi vista se hacía cada vez más borrosa.

Mi destino era morir en manos de mi amado.

Hasta que, no morí, el volvió a si mismo, cuando pensé que me iba a abandonar, cuando pensé que todo estaba por perdido.

Me dejó tirada al final del pasillo y dió vueltas en el mismo lugar, estaba llorando, se escuchaban sollozos, hasta que llegó nuevamente a mi.

Seguía asustada, temia que Daylon volviera.

El hizo un gesto para tocar mi rostro lleno de lágrimas.

Pero no lo deje, enserio temia que él volviera.

Hizo mala cara y después su expresión cambio por tristeza.

Su pulgar acaricio su mejilla suavemente.

Sus labios se clavaron en los míos y me besó, me besó con ganas, con deseo, como si ese beso fuese un adiós.

— Me voy de la casa

— Pe..pero

— Estrare a una clínica psiquiatrica.

No tenía porque objetar.

1 mes después

Darker cada vez están más perdido, sus manos pasaban atadas, lo tenían amarrado como si fuera un perro peligroso, cada vez más Daylon se estaba apoderando de el y podía ver su licha interna para que el no lo hiciera, para besarme, besarme le costaba tanto y a mi enserio me dolía.

5 meses después

La situación no mejoraba. Seguía siendo la misma.

1 años después

— Se que el día de hoy no es de visitas, pero te cite aquí porque necesito decirte algo muy importante.

Tenía miedo a lo que me podría decir, a qué me dijera que Daylon se iba a apoderar de él, que no tenía cita, tenía miedo de que Daylon fuera el que me estaba hablando.

— Te amo, mi Babe.

Es Darker

Sentí un pequeño alivio, pero también temor, estás charlas no empiezan con un te amo.

— Te amo tanto, mi Babe— Se fue en lágrimas— Te amo tanto que debo dejarte ir— Dijo con la voz quebrantada— Es tan difícil para mí, pero no quiero hacerte infeliz— Comenzó a llorar. Y yo estaba teniendo una lucha interna conmigo misma, después de tantos años, después de superar tantas cosas juntos— Perdóname, enserio perdóname, pero Daylon sigue aquí,  no sabes cuánto desearía matarlo, acabar con él y hacerte feliz, mi vida, mi Babe, porque tú lo eres todo para mí, pero yo no puedo ser todo para ti.

Lloramos juntos.

Nos abrazamos.

— Prefiero morir en tus brazos antes que dejarte, Darker.

— Si muerieras en mis brazos, no sería en los míos, sería en los de Daylon, y jamás lo permitiría, Babette trate de matarte tantas veces, Daylon,  pero es como si lo hiciera yo.

— Darker, tú, tú no eres Darker, regrésame lo porfavor, yo lo amo— Lo agite y no hizo movimiento alguno. Joder, si estaba hablando con Darker, todo lo que me decía era verdad, estaba terminando conmigo y eso implicaba no volverlo a ver nunca más.

— Lo siento mi Babe, como último acto de amor debo dejarte ir.

Sus ojos se volvieron lágrimas y más lágrimas, me miraba con tristeza.

Lo besé, lo besé está vez con ganas con tristeza, con deseo, con amor, lo besé como jamás lo hubiese besado, lo besé porque lo amaba y jamás iba a amar a alguien cómo él, este fue nuestro beso de despedida.

— Te amo Darker, te amo, te amo y siempre te amaré.

Formo una sonrisa triste.

— Yo también te amo.

Este momento era triste, pero no quería que acabará nunca, porque no lo volvería a ver nunca más y eso era peor que la tristeza de la idea.

Un guardia entró— Es hora de irte.

— Pe..pero— Mire a Darker con suplica.

Hizo un gesto para que me fuera.

El guardia me haló de la mano para irme, y por primera vez no hizo un gesto de enojo porque un hombre me tocó. Me solté de su agarre y volví hacia él, lo abrase, lo besé, lo llore, me arrodille ante él, no quería que esto fuera verdad.

Llore y le dije cuánto lo amaba, cuánto lo necesitaba hasta caer desmayada.


Desperté en un hospital y lo primero que recordé al despertar era sus ojos negros llenos de tristeza, del dolor de la despedida.

Adiós mi Darker.





      FIN



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