Capitulo 16 y final

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Tu y yo contra todos y contra el mundo.

Babette

Sus negros ojos me observaban con cierta dulzura, pero yo no estaba lista para esto, era algo muy complicado de entender, ¿Cómo pudo pasar de ser mi acosador a alguien importante en mi vida? Quizás porque siempre lo fue.

Me pase las manos por el cabello y le pedí que porfavor se fuera.

Lave mi rostro, y enserio que estaba vuelta mierda, ojeras, despeinada, lagañas y aún así el jamás dejo de observame con dulzura, quizás siempre lo hizo y yo jamás lo noté porque me fijaba en cosas sin importancia.

Sonreí.

Es estúpido, pero lo hice, ese hombre estaba apunto de volverme loca.

Cerré la puerta y entre a la ducha.

Un baño con agua fría no solucionaba los problemas, pero siempre me hacía sentir mejor, lave mi cabello sucio.

Ese hombre es malo, prometo protegerte de él mi Babe, cuando todo esto acabé estaremos juntas, te lo prometo— Me decía la mujer rubia. Mi madre.

Y no cumplió su promesa, porque ahora está muerta y casi no la recuerdo, ni siquiera sabía que es mi madre.

Unos minutos después me retire del baño y procedi a vestirme para ir al lugar en donde quizás  podría encontrar todas las respuestas a mis dudas.

El orfanato no me traía buenos recuerdos, pero era algo incómodo para mí estar ahí en ese lugar tan abrumador, sentía malas energías rodear el ambiente.

Baje la vista.

— Enserio quiero saber mi pasado, quiero saber cuál es el secreto que está detrás de mi.

— Sería injusto que los supieras tan pronto.

— Sería injusto no saberlo nunca.

— Buen punto.

— ¿Usted me lo dirá?

— Por supuesto que no señorita Babette, o más bien señora de Darker, ¿Cómo desea que la llame?— Dijo en tono de burla.

— No trate de ser graciosa que no le queda.

— Y usted no trate de buscar cosas del pasado en persona que no saben nada.

— Miente— La mire de reojo— Pero como veo que usted no va a hacer nada para que está pobre casi nuevamente huérfana, sepa un poco de su pasado y quizás muera en paz.

— Es muy estúpido lo que estás haciendo, Babette.

— Es más estúpido no decir las cosas del pasado que en nada le afecta a usted, no le pasaría nada al decírmelo.

— Exactamente, sería muy tonto decirtelo sin tener un riesgo.

— Ya veo que usted quiere morir.

— ¿Vas a matarme?— Me retó.

— No— Suspiré— Pero quizás otro haga la vuelta por mi.

— Darker no sería capaz ni de tocarme un pelo.

Arqueé la ceja extrañada, ¿Por qué mi acosador no le tocaría ni un pelo? ¿Que es, fue y será ella en nuestras vidas? Y si Darker está dispuesto a hacer lo que sea por mi, ¿Por qué a ella no la mataría?

— Está bien, ya veo que usted no me va a decir nada, sin más que decir, me despido.

— Señorita Babette, en sus recuerdos está la clave.

Asinti con la cabeza.

En mis recuerdos, ay porfavor, recuerdo tantas cosas cortas, me quedo corta de información, ¿Que fue tan malo como para no recordar? Solo me falta un pequeño fragmento y ese pequeño fragmento se llama Darker, es tan confuso y el no me lo quiere decir, porque según piensa que ya lo recuerdo todo.

.....

Sentí un chirrido en la ventana que me despertó de golpe.

Darker pasando una navaja por la ventana, en ella decía "te amo, mi Babe, gracias por volver, te extrañe" yo jamás volveré y se que aunque lo recuerde no seré la misma de antes.

Lo mire aterrada.

— ¡Que estás haciendo Darker!¡Por Dios mí padre está aquí!¡Te va a matar!

— Lo mataría yo primero— Dijo tranquilo.

Borre mi expresión de horror y quedé en blanco.

— No es gracioso, Darker.

— No trato de serlo, mi humor es negro.

— Bueno sin nada más que decir, lárgate— Volví a arropoarme por completo.

Sentía su mirada traspasarme a través de las cobijas.

— Se que sigues ahí, acosador.

— Siempre estoy aquí.

— Ok, eso suena algo enfermo.

— Soy tu acosador, no esperes mucho de mi.

— Jamás lo hice.

— Cuando éramos niños me decías que todos los días podría hacerte mía.

— Jamás sería tuya, creo que estaba un poco loca al decir esas cosas, pero de los errores se aprende.

— Eres tan insoportable como un grano en el culo.

— Y aún así sigues jodiendome.

— Porque te amo.

— No suena tanto amor.

Salí de entre mis sábanas y cruce las piernas. Hice una expresión para que se sentará junto a mi, en mi cama.

Sus ojos se iluminaron.

— Tienes los ojos más hermosos, mi Babe, ¿No te lo han dicho?

— Si, me lo dicen muy seguido— No le di importancia al tema— ¿No piensas decirme la verdad?

— ¿Que verdad?— Me miró extrañado.

— La verdad sobre lo que hay en mi pasado.

— Por Dios, Babe, si justo ayer lo recuerdaste todo.

— Pues ya se me olvidó.

Tapo sus ojos con su mano derecha, parecía que estaba a punto de llorar, pero en realidad estaba riendo.

¿Acaso le parecía gracioso lo que pregunte?

— Pensé que en verdad me recordabas y ya lo sabías todo, pero te comportas co una idiota.



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