epílogo

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Draco Malfoy se adentró en su lujosa mansión tras un largo día de trabajo en el Ministerio de Magia

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Draco Malfoy se adentró en su lujosa mansión tras un largo día de trabajo en el Ministerio de Magia. Su reciente ascenso lo había mantenido ocupado y tenía la mente repleta de asuntos importantes. Al entrar, notó a su esposa, Hermione, dormida en el sillón junto a su pequeño hijo, Scorpius. La escena era encantadora, por lo que Draco se acercó sigilosamente para no despertarlos.

El cabello castaño de Hermione caía suavemente por su rostro mientras dormía pacíficamente, y los suaves ronquidos que salían de su boca la hacían parecer aún más adorable. Draco sonrió ante aquel cuadro y se arrodilló frente a ella. Tomó con delicadeza su mano, notando lo cálida y reconfortante que era.

Mientras Draco estaba absorto en esos pensamientos, Scorpius despertó de su sueño en brazos de su madre. Sus ojos azules y brillantes se encontraron con los de su padre.

"Papá, llegaste", dijo Scorpius con una sonrisa pícara en su rostro, mostrando claramente los rasgos heredados de ambos padres.

Draco asintió, acariciando suavemente el cabello rubio del niño. "Sí, hijo, papá está en casa", respondió con suavidad, su voz llena de ternura. "¿Cómo ha sido tu día?"

Scorpius se acomodó en los brazos de su padre, apoyando su cabeza en su hombro. "Fui a la biblioteca con mamá y me contó historias sobre magos y brujas valientes", contó emocionado.

Draco levantó una ceja con interés. Mientras veía a Hermione, se dio cuenta de que incluso después de todos estos años, ella seguía sorprendiéndolo. La había conocido como una sangre sucia en Hogwarts, pero ahora era su esposa y madre de su hijo. Sin duda, los años habían demostrado que había más en ella de lo que él había pensado alguna vez.

"Mamá es muy inteligente, ¿verdad, papá?" agregó Scorpius, buscando la aprobación de su padre.

Draco se rió suavemente. "Sí, hijo, tu madre es increíblemente inteligente. Es una de las brujas más talentosas que he conocido", respondió con una mezcla de orgullo y admiración. "Y parece que también te ha contagiado a ti su amor por la magia y el conocimiento".

Scorpius sonrió, apoyando su frente contra la de su padre. "Yo quiero ser un gran mago como tú y un gran saber como ella", susurró con determinación.

Draco besó la frente de su hijo. "Estoy seguro de que lo serás, Scorpius. Tienes toda la magia de los Malfoy y la inteligencia de tu madre corriendo por tus venas", prometió con convicción.

En ese momento, Hermione se despertó y parpadeó un par de veces para volver a la realidad. Al ver a Draco y a su hijo juntos, su corazón se llenó de amor y gratitud. Sonrió al ver la unión de su familia y se unió a ellos en el sofá.

Draco apretó la mano de Hermione con cariño. "No importa qué tan tarde llegue del trabajo, siempre encontraré el consuelo y la felicidad en los brazos de mi esposa y en la sonrisa de nuestro hijo".

Hermione asintió, sintiéndose abrumada por el amor que fluía entre ellos. "Siempre estaremos juntos, Draco, pase lo que pase".

Y así, la familia Malfoy enlazó sus manos, formando un vínculo sólido y eterno. Juntos, enfrentarían cualquier desafío que el destino les presentara, porque su amor y unión eran más fuertes que cualquier obstáculo.

Hermione Granger: los secretos de HarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora