II Te odio

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Narrador omnisciente

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Narrador omnisciente

El sudor resbalaba levemente en sus manos, su respiración, aunque calmada frente a las cámaras, se sentía sofocada, le faltaba el aire.

—¡"The Marauders"!— aquel grito hizo que varios artistas se pusieran de pie para aplaudirles. Ellos se levantaron sonrientes, comenzando a caminar hacia el podio donde la mayoría ya había estado antes. No les resultó difícil agradecer ni mucho menos mostrar lo felices que estaban, porque todo conllevaba esfuerzo, todo traía consigo años de dedicación.

—Ganamos, ¡ganamos! —repetía Remus con incredulidad en el auto de regreso al hotel donde se hospedaban. Mañana salían temprano cada uno.

—Sí, Remus, pero eso no significa que te relajaré en tus deberes. Mañana sales a las 6 a.m. —dijo aquella pelirroja, su representante, una mujer amable pero metida en su trabajo. Revisaba su celular mientras hablaba, seguramente confirmando los vuelos de James y Sirius. Remus tenía una gira pronto y debía estar ya en la primera locación. El de rizos tenía conciertos en Lolapalooza, y James se tenía que preparar para el lanzamiento de su álbum en solitario, con sesiones de fotos y conferencias. Debía ir lo antes posible a España para arreglar todo lo de la discográfica.

Peter, en cambio, podía quedarse un poco más en esa ciudad, disfrutar con calma, ya que tenía que tomar inspiración para poder escribir el nuevo álbum que, según Lily, tenía que salir antes de terminar el año, y para eso aún faltaba mucho tiempo, así que no tenía ningún apuro.

Todos bajaron de la limosina sonriendo y bromeando entre ellos. Habían recibido llamadas de amigos y familiares. Todo era emoción y alegría. Trataron de no ser reconocidos en el lobby para poder subir más rápido por aquel ascensor y llegar a su piso. No era muy ostentoso, pero era cómodo y elegante, algo no muy propio de ellos, la verdad.

—Lils, solo una copa, vamos, para celebrar —estaba diciendo el de anteojos mientras le mostraba una sonrisa a su amiga. Él había estado enamorado de ella, pero logró superarlo y ahora Lily era tan cercana a ellos como una hermana, y era lo mejor. Lupin no podía controlar solo a sus locos amigos.

—No, James, sus vuelos salen temprano mañana. El único que puede darse el lujo de tomar una copa es Peter, y él está acostado en el sofá a punto de caer dormido —regañó a los demás, quienes la miraron desilusionados, pero ella tenía razón, como siempre.

Los tres merodeadores se fueron tranquilamente a bañarse y cambiarse antes de dormir, siguiendo el ejemplo de Peter, quien se encontraba ahora tomando una copa de vino tinto acompañado de Lily, quien en verdad necesitaba una.

—¿Cómo va tu relación? —preguntó el rubio, mirando a su amiga, quien sonreía boba mirando aquella copa entre sus dedos.

Don't leave me alone ||BarterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora