Narrador omnisciente
—No queremos ir, Cissy—los reclamos del platinado no habían parado, ni siquiera ahora que estaban a 5 minutos de llegar a aquella mansión. Habían decidido venir informales, todos tenían también una pequeña maleta con cambios debido a que la hospitalidad de Lily llegó a los límites de incluso invitarlos a dormir hasta que su avión saliera en dos días.
—No me importa, Lucius, de igual manera ya llegamos—respondió la rubia bajando de la camioneta que los llevaba hacia aquella linda mansión contemporánea. Si bien no era moderna y elegante debido al toque hogareño que tiene el lugar. —Definitivamente es de ellos—la chica se acomodó el saco largo color beige que traía para cubrirse del leve frío que había en la zona. Traía un vestido de lana de mangas largas hasta sus muñecas y de cuello de tortuga acolchonado. El vestido le llegaba hasta los muslos, donde dejaba algo de piel expuesta ya que lo acompañaban unas botas negras largas hasta abajo de las rodillas. Como accesorio, cargaba un bolso pequeño de color granate.
—Sí, estoy de acuerdo, muy ellos—dijo en un susurro siguiendo los pasos de la rubia. El cineasta traía consigo una camisa de botones blanca lisa cubierta con un buzo color azul rey. Todo esto estaba arremangado en la parte de enfrente, pero se encontraba suelto por la parte de atrás, dándole un porte casual y tranquilo. Como detalle, destacaban los pliegues blancos del cuello sobre el buzo. Pero algo muy de él eran esos zapatos negros de vestir que portaba como detalle final.
—Bien, cabe destacar que yo no quería estar aquí—dijo el platinado cerrando la puerta del piloto donde él manejaba. Sus zapatos y pantalón blanco de vestir salieron a relucir, así como esa hermosa camisa de botones verde opaco con hombros caídos, la cual se encontraba arremangada debajo de su pantalón y abierta en los primeros botones. Además de darle un aspecto desinteresado, arremangaba las mangas hasta debajo de los codos.
—Sí, Lucius, ya te escuchamos—el actor castaño se paró junto a él vistiendo unos pantalones grises de vestir de talle alto, acompañados de una camisa negra pegada al cuerpo y arremangada. Un cinturón negro y un saco largo del mismo color. Quería pasar desapercibido y qué mejor que los pocos colores en su vestimenta.
—Entremos, tengo hambre—el menor de los hermanos se aproximó a la puerta. Él era más sencillo, una camisa de manga larga y cuello de tortuga color verde esmeralda, junto con unos pantalones de talle alto negros. Nada sofisticado ni algún accesorio, excepto su Rolex.
Cuando la rubia tocó el timbre de la casa, la puerta fue abierta por una señora algo mayor pero muy amable, la cual les sonrió de oreja a oreja con una calma incluso pegadiza.
—Pasen jóvenes, los señores están en el sótano sirviéndose unas bebidas—se hizo a un lado para dejar pasar a los cinco invitados, los cuales la saludaron con calma y elegancia. —Síganme jóvenes, es por aquí—la pequeña señora los condujo hasta unas elegantes escaleras de madera refinada con dirección hacia un piso más abajo. La mujer se apartó extendiendo una mano para indicar que siguieran adelante. Los cinco le dedicaron una linda sonrisa y bajaron hasta el muy modesto sótano. Había dos habitaciones con paredes de vidrio; en una había varios videojuegos y máquinas de arcade junto a sillones que a simple vista se miraban cómodos. Sí, esos idiotas ganaban dinero.
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Don't leave me alone ||Barter
FanfictionPeter un cantante reconocido a nivel mundial además de ser baterista de una banda que ha ganado exito en el poco tiempo que tienen sacando música, además de ser compositor y productor pero con poca suerte en el amor. Barty un actor galardonado el cu...