III Estudio

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Narrador omnisciente

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Narrador omnisciente

Durante varias semanas estuvo en su estudio, intentando componer algo, aunque sea dos palabras escritas, pero de él no salía nada. Le había prometido a Pandora que en pocos meses lo tendría todo, pero a este paso tardaría mucho más. Las tazas de café y la comida china adornaban su estudio. Si los chicos supieran cómo tenía ese lugar, se enojarían mucho. Lo bueno es que cada uno tenía uno propio. Debido a sus ganancias, se pudieron dar el lujo de comprar una mansión algo pequeña, con habitaciones solo para ellos y ahora cuatro estudios insonorizados, piscina, 4 baños privados en cada habitación, un clóset modesto para cada uno, pero nada más. El 20% de sus ganancias conjuntas iba donado a la caridad y el 15% de cada uno iba a una fundación que ellos eligieran.

Peter apoyaba con sus ganancias a familias que están en tratamientos costosos que no se pueden permitir pagar. Se sabe que Remus dona lo suyo a una asociación para animales en situación de calle y para refugios. Sirius apoya a la ciencia, sobre todo a un hospital de niños, brindándoles así ayuda a estos, y James le da a las escuelas su parte, como fondos para becas a estudiantes de bajos recursos. Pero claro, todo esto no se cuenta en primera plana, porque es obvio que eso no atraería a los amantes del chisme.

Regresando al punto de comienzo, aquel lugar era un completo desastre, pero a él rubio parecía no importarle. Seguía arrancando hojas sin cuidado de aquel cuaderno de ideas que tenía. No se le ocurría nada a la cabeza con las escenas que Pandora le había dado, las cuales Peter resumió en frases simples para poder concentrarse mejor.

– Beso entre Lissandro y Alan debajo de la torre Eiffel.
– Accidente automovilístico de Alan.
– Escena en el hospital donde Lissandro se replantea toda su vida.
– Escena de la fiesta en la universidad.
– Escena de la cita romántica.
– Escena de celos.

La mayoría de aquellas peticiones eran románticas y si bien, tenía canciones románticas en sus dos discos, estas no eran su fuerte. Sería más fácil para alguien como James, el cual es un demente al enamorarse, o incluso las escenas tristes podrían ser compuestas por Remus. Pero sabía lo ocupados que estaban sus amigos como para ayudarle. Vamos, incluso Sirius podría ayudarle, pero también tenía la agenda llena.

—¿Tienen que ser obligatoriamente en inglés?— Aquella pregunta le rondó por la cabeza unos minutos. Incluso se permitió recostar esta en aquel escritorio frío y sólido, nada comparado a una dulce y tierna almohada, pero es lo que hay.

—Quizás, quizás no, pensemos, no sé— Con una incierta confianza se levantó de aquella mesa y comenzó a tararear una melodía, que si bien podría funcionar, pero necesitaba escucharla bajo la guitarra eléctrica un poco.

Con calma se acercó donde estaba su guitarra y la tomó con cuidado. Se sentó nuevamente en su escritorio y comenzó a jugar con los acordes. —No creo que en la canción importe mucho si uso el pronombre femenino, igual podría ser para la fiesta en la universidad— al pensarlo mejor, decidió finalmente un conjunto de acordes que podrían inspirarlo a escribir una letra.

Don't leave me alone ||BarterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora