Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ Cɪɴᴄᴏ

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—Aguamenti —susurró Olivia apuntando su varita a la cama de su mejor amiga

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Aguamenti —susurró Olivia apuntando su varita a la cama de su mejor amiga.

Un chorro de agua salio de su varita; cayendo en la cara de Lyra, la cual se despertó de golpe.

—¡Olivia! —chilló Lyra levantándose de su cama.

Su cabello estaba enmarañado y esponjoso, y apenas se podía apreciar el rastro de trenza que ayer le hizo Olivia. Nada que una poción no arreglara.

—Trate de despertarte pero no lo hacías —se defendió Olivia soltando una risilla.

—¿Y tuviste que despertarme así? —preguntó Lyra sarcástica.

—Como sea —dijo Olivia caminando hacia su cama para agarrar su mochila—. Te espero en la Sala Común.

—Me las pagaras, Olivia —fue lo último que dijo Lyra antes de que Olivia saliera de su habitación.

Olivia paso de largo la Sala Común y en su lugar se dirigió al despacho de su padre. Las mazmorras eran un lugar frío, para nada cálido y Olivia ya se había acostumbrado, incluso le resultaba reconfortante.

Cuando llegó a la puerta del despacho, entró sin tocar; encontrándose con la figura de su padre sentada en el escritorio.

—Buenos días, papá —saludó Olivia acercándose al escritorio.

—Bueno días, Bia —responder Snape dejando de revisar unos pergaminos—. Pensé que vendrías anoche.

—Lo siento, estuve guiando a los de primero y luego me quedé dormida —se disculpó Olivia—. Pero aquí estoy.

Olivia sonrió inocentemente, provocando que Snape apenas y sonriera, lo que fue suficiente para Olivia.

—Tú horario —dijo Snape entregándole un pergamino.

𝗦𝗲𝗺𝗽𝗶𝘁𝗲𝗿𝗻𝗼 |• Bill WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora