𝗦𝗲𝗺𝗽𝗶𝘁𝗲𝗿𝗻𝗼 |• Bill Weasley

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El viaje en el tren fue silencioso, las chicas estaban en un compartimento en compañía de Elisa. Nadie habló, cada una estaba inmersa en sus propios pensamientos, tal vez se debía al hecho de que Olivia les había contado a sus amigas que sus padres habían estado en el retorno de Voldemort.

La única que no había sido afectada directamente fue Lyra, pero eso no quitaba el hecho de que estaba preocupada, tanto por su familia como por sus amigas.

El resto del viaje nadie dijo una sola palabra.

Cuando el tren se detuvo, las amigas se despidieron con un abrazo y salieron del compartimento.

Cuando Olivia salió del tren y buscaba a su tía alguien la tomó del brazo, la apoyó en un muro y le cubrió la boca. Olivia iba a gritar asustada, pero se calmó cuando vió que se trataba de cierto pelirrojo.

Bill quitó la mano de la boca de Olivia y le sonrió.

—¿Prentendes matarme de un susto? —preguntó Olivia indignada.

Bill soltó una risita y negó con la cabeza. Bajó su cara y dejó un corto beso en los labios se Olivia.

—¿Cómo estás?

Olivia se forzó a sonreír, sabía a lo que Bill se refería, y no estaba bien, no se sentía bien, más no quería pensar en eso, cuando llegara a su casa tendría tiempo para deprimirse.

—Bien.

Bill negó con la cabeza.

—No estás bien, estás muy pálida y más delgada, ¿no has estado comiendo bien? —cuestionó Bill con el ceño fruncido.

Casi no ha había podido reconocer, no solo porque su cabello ahora era blanco, sino porque estaba pálida, había unos bultos morados bajo sus ojos, su rostro estaba hinchado y sus ojos no tenían el mismo brillo.

—Estaré bien, no te preocupes —repuso Olivia sonriendo.

Bill sonrió y la abrazó con fuerza. Olivia soltó un suspiro y se acurrucó en sus brazos, Bill le daba una tranquilidad que nunca había sentido.

—Dame tu dirección —pidió Bill—. Para enviarte cartas, ya no las puedo enviar a Hogwarts.

Olivia asintió y anotó la dirección en un pergamino.

—¿Nos veremos en el verano? —preguntó Olivia.

—Espero que sí. Mi mamá ha estado interrogéndome cada que tiene la oportunidad —soltó Bill con diversión—. Quiere conocerte.

Olivia se tensó, ¿conocer a la señora Weasley? No sabía si era lo correcto, después de todo, ella y Bill no tenían tanto tiempo saliendo.

—Ey, tranquila —dijo Bill, cuando notó la cara de la chica—. No lo haré hasta que tú estés preparada.

—Gracias —susurró Olivia y lo volvió a abrazar—. Debo ir con mi tía.

—Te voy a extrañar —dijo Bill haciendo puchero.

—Yo también, esperaré tu carta con ansias.

Ambos unieron sus labios, esta vez en un beso más largo. Cuando se separaron, sonrieron y Olivia comenzó a alejarse mientras se despedía con la mano.

Con su carrito, comenzó a buscar a su tía, finalmente la distinguió junto a la barrera con Kara, ésta con cara de pocos amigos.

—Hola, tía —habló Olivia.

Selene volteó y sonrió, abrió sus brazos y Olivia saltó a ellos emocionada.

—Te extrañé mucho, cielo —dijo Selene acariciando su cabello.

Cuando se separaron, Selene tomó los hombros de Olivia y comenzó a examinarla de pies a cabeza.

—¿Qué le pasó a tu cabello? —preguntó horrorizada.

—Lo tiene así desde la muerte de su amigo. Seguro lo hace para llamar la atención —comentó Kara.

—Kara Eleonora White —riñó Selene con dureza.

Kara bufó y se cruzó de brazos.

—¿Podemos irnos ya? —preguntó Olivia.

—Está bien, Liv.

Selene la abrazó por los hombros y tomó la mano de Kara, y pronto aparecieron en la entrada de su casa.

Olivia sonrió, finalmente estaba en su casa y tenía el presentimiento de que sería un largo verano.

Finalmente el primer acto llegó a su fin.

Esta historia comencé a escribirla a principios de este año y la terminé casi para finalizar el año.

No me enorgullece haberme ausentado por tanto tiempo, pero no tenía ideas y tampoco tiempo.

Pero, finalmente se acabó el primer acto. Trataré de comenzar el segundo acto cuanto antes.

Gracias a todos por su apoyo y paciencia.