Al finalizar el almuerzo, Jade se encontraba libre y ansiosa. Ella no quería toparse con más "medidas de seguridad" que solo la pondrían en peligro.
Tenía dudas, muchas. Sin contar que todavía tenía un cadáver en su habitación, del cual no podía deshacerse todavía y que no sabía cómo había llegado allí.
Jade recuerda sus pies sucios y las marcas de lobo en el cuerpo. Ella se durmió, por lo que en ningún momento pudo notar a alguien arrastrando a un cuerpo dentro de su habitación.
Ella tenía estos pequeños efectos colaterales (cortesía de sus experiencias vividas), que la mantenían alerta todo el tiempo, incluso dormida. Había golpeado a Connor solo por haberlo sentido apenas tocarla. Ella habría sentido a alguien entrando a su habitación de ser el caso.
Pensó en el Profesor Pierce, como lo encontró cuando salió a buscar a Evan. Él estaba en el mismo estado que Jade, tal vez peor. Sucio, agitado, con el corazón en la garganta y estaba en un horario no permitido.
¿Podría él tener algo que ver con el cadáver en su habitación? Pensó.
Aprovecharía su oportunidad de hablar con Josie para vaciar toda la información necesaria. Tenía preguntas, quería saber cómo funcionaba la magia en el castillo, como es que Josie podía aparecer y desaparecer, donde exactamente se encontraban esas puertas.
Todo lo que pudiera sacar, lo antes posible.
Tenía el mapa en sus manos, ubicándose mentalmente a donde debía estar.
Las indicaciones de Josie solo fueron para molestarla, le había indicado todos los lugares alrededor en lugar de simplemente decir que la vería en el campamento de jinetes.
Cuando llego allí, con el sol saliendo por primera vez desde que llegó el invierno y dándole un aspecto amigable a la nieve, vio de lo que realmente se trataba esta escuela.
Había dragones del tamaño de un caballo siendo montados por un gran grupo de chicos, todos con el uniforme negro que llevaba Josie.
El campamento tenía banderas a sus costados, todas de diferentes colores y con distintos animales en ellas.
Había una sola área, que parecía una arena de combate, donde todos se encontraban.
Lo que más le sorprendió fue ver que todos los animales eran del mismo tamaño, había osos peleando contra dragones y todos tenían la misma ventaja de altura.
Jade abrió los ojos, escandalizada, nunca en su corta vida había visto algo como eso.
Sintió una respiración cerca de ella.
— ¿Fascinada?
Una cabeza sobre su hombro se acercó cuidadosamente, intentando asustarla.
Jade se volteó, observando al resto de chicos que se acercaban a ella.
—Yo no me acercaría tanto—Emma se quitó el chaleco de su uniforme—. Marcus no sabe jugar limpio.
Josette y su séquito de espías se estaban despojando de sus prendas. Algunos de ellos llevaban el mismo uniforme negro pero otros llevaban otros colores en sus uniformes.
Jade los asoció con las banderas a su alrededor.
El chico pelirrojo, el cual ya había visto incontables veces, se acercó a ella y le tendió un artefacto que jade poco pudo distinguir.
Jade lo tomó y frunció el ceño. El artefacto, a pesar de ser pequeño, era increíblemente pesado.
Jade pudo sentirlo, a ella pocas cosas habían que le resultaban realmente pesadas.
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Crónicas de la magia: El reino de las sombras
FantasyCon la mente poseída de traumas y con fantasmas arrastrando su pasado como eslabones, cada día parece ser el último. Con la prohibición de los híbridos y el inevitable ascenso de ellos, solo existe una frase que predomina: "No confíes en nadie".