Luego de que el frío le recorrió la espalda, Jade observó minuciosamente todo.
Miraba las paredes, la ropa de Connor; la piel de sus manos, el pelo en su espalda, incluso mantenía largos segundos de contacto visual hasta que Connor apartaba la mirada.
Había algo en Connor que Jade no terminaba de entender.
Había algo que le estaban escondiendo.
Tuvo poco tiempo de hacer preguntas y pocas ganas, también. Cuando Evan dijo que Connor tenía todos los indicios de ser un hombre lobo, Jade no lo cuestionó y simplemente ayudó al chico.
La explicación era sencilla: era amigo de Evan. Jade le creía a Evan con los ojos vendados y no había razón para desconfiar. Sin embargo y a pesar de no haber hecho preguntas, ambos estaban demasiado nerviosos simplemente para tratarse de una suposición.
Cuando Evan sintió que Jade estaba mirando demasiado, decidió hacer algo arriesgado.
-Connor- Evan se agachó frente a él, tapando a Jade la vista-. Debes permanecer en calma.
Los profundos ojos marrones de Evan llegaron a los de Connor, casi suplicantes, pidiendo silenciosamente algo que Connor no comprendía.
Su mirada era demasiado dura para estar pidiendo calma, casi parecía estar forzandola.
-¿Y que diablos piensas que estoy haciendo?- Él contestó, sacudiendo la cabeza.
-Connor...- Evan habló bajo, aún sosteniendo su mirada.
-¡¿Te piensas que a mi me gusta?!-Connor gritó, moviéndose sobre el viejo colchón y llenando el silencio ensordecedor que había en el sótano.
Evan tenía que sacar a Connor de ahí, nunca había visto la transformación de un hombre lobo pero sabía que a Connor no le estaba gustando.
-Jade debemos sacarlo-Evan pidió.
Jade estaba observando pero su mente estaba en otro lugar. Evan pudo notar eso, la forma en que sus ojos verdes se volvieron cristalinos y su rostro inexpresivo lo observó.
Sabe que Jade también era un lobo, su vuelta a casa había sido transformada y Evan supo al instante que el lobo blanco que cayó sobre él era Jade. No hizo muchas preguntas, solo las habituales: cuando y como. Jade sin embargo, no dio detalles, solo superficiales: Eslovenia y con un dolor del mismo infierno.
-Déjalo donde esta- Se reclinó sobre su silla.
Evan, dudoso, observaba entre su hermana y su amigo. Connor estaba traspirando y luchaba por quitarse las cadenas.
-Jade, está sufriendo...
-¡¿Y tu que carajos sabes, eh?!- Connor intentó levantarse, arrastrando las cadenas consigo- ¡¿Acaso también eres un lobo?! ¡¿Hay otra cosa que me has estado ocultando?!
Todo recaía en los secretos.
Evan se sintió terriblemente mal, le había mentido a su amigo por un bien mayor y ahora esa mentira jugó en contra de él.
En un movimiento rápido, con su velocidad vampírica y su fuerza sobre humana, Evan rompió las cadenas que contenían a Connor y los tiró a un costado de la habitación.
Connor se levantó del suelo rápidamente, al igual que Jade.
-¡Estas echando todo a perder!-Connor gritó y llevo sus propias manos al pecho de Evan, tirándolo con fuerza.
-Connor, lo lamento, de verdad-Evan comenzó a temblar.
Connor siguió empujándolo, provocando que cayera sobre la mesa y el agua sobre esta se derramará, mojando el piso.
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Crónicas de la magia: El reino de las sombras
FantasyCon la mente poseída de traumas y con fantasmas arrastrando su pasado como eslabones, cada día parece ser el último. Con la prohibición de los híbridos y el inevitable ascenso de ellos, solo existe una frase que predomina: "No confíes en nadie".