Tw: diferencia de edad, relación con menores, profesor alumna.
Lee bajo tu propia responsabilidad, me vale si no te gusta, besos, bay.
___________𝑾𝒊𝒍𝒅𝒆𝒔𝒕 𝒅𝒓𝒆𝒂𝒎𝒔_____________
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El humo del cigarrillo irrumpió en mis fosas nasales, aquello me habría molestado viniendo de alguien más.
Girando mi vista en dirección a aquella persona que me acompañaba en la cama, le ví, mi cabeza despegó de la almohada donde antes tranquilamente descansaba.
No pude evitar admirarle, sus toscas y atractivas facciones me tentaban a querer volver a entregarme a sus fuertes brazos que no dudarían un segundo en sostenerme sin intenciones de dejarme ir.
Junto a mí se encontraba un fruto prohibido, uno que me devoró; aquel perfil tan endemoniadamente sexi e irreal, la forma en que su pecho subía y bajaba, como su mandíbula se tensaba cuando tomaba una calada de aquel cigarrillo que anteriormente robó mi atención.
Dios, el es tan alto y hermoso como el infierno.
Sus bellos ojos, que antes estaban perdidos bajo el descenso del éxtasis y la tranquilidad que nos permitía conectarnos como ningún otro. De pronto posó su vista en mí y en sus joyas pude encontrar a mi cómplice y su malicia.
Una media luna perlada me fue ofrecida como muestra de que todo estaba bien, estábamos bien.
De su boca el humo escapó, y luego el cigarrillo extinguió en el cenicero de aquella mesa de noche en la que fijé mi vista al ver su acción. Meticulosamente mi atención en él.
Momentos como este me distraen de la realidad, nuestra realidad.
-Pasa algo, cariño?- su pregunta me desconectó de un mundo al que ni siquiera sabía que me había ido.
Dejé mi cómoda posición en su cama y me acerqué a él, en su pecho encontré un mejor lugar, mi lugar.
Sus latidos eran la mejor música que jamás escuché.
-Divus, te amo...- a su torso me aferré con miedo de no volver ahí.
No veía su rostro, pero escuché su risa retumbante salir de su pecho dándome la mejor de las sensaciones.
-lo sé, yo también te amo- su rígido toque repartiendo con sutileza caricias en mi espalda marcada. -pero eso no es lo que me quieres decir ¿cierto?
Tal como esperaba de un amante acertivo, en mí la duda pudo hallar.
El sentido de lo prohibido.
-Yo...nosotros, nuestra relación...yo no quisiera seguir escondiendo lo que tenemos- dejé mi lugar en su pecho buscando su mirada, tenía sus ojos puestos en mí, aquella seriedad estremecía mis entrañas quizás de miedo o emoción. -pero... lo nuestro, está mal, verdad profesor?
Esperaba su reacción, pero solo obtuve silencio... más las palabras que vinieron después nunca las esperé.
Él dijo:
"-Salgamos de este pueblo, conduciré fuera de la ciudad, lejos de las multitudes.-"
El cielo no puede ayudarme ahora.
● ○ ●
Aquella tarde me quedé en el salón por petición tuya, mientras veías el horizonte por los cristales de la ventana yo te veía a ti.
- Crowley dice que encontró la forma de devolverte a tu mundo- una oración bastó, una oración, solo una. En mí las palabras no pude encontrar; no había emoción, no había dicha. Mi hogar estaba aquí, mi hogar era él.
-Eso...suena bien, pero- encontré sus ojos entre el naranja del atardecer. Me acerqué y tomé su mano. -ya lo decidí, mi hogar es aquí...contigo-
Silencio, eso obtuve.
Desprecio le siguió.
-No, regresaras a tu mundo, regresaras a donde perteneces- Nuevamente no encontré palabras, su calides abandonó mi toque y fue todo lo que tuvo por decir ninguna explicación de su boca salió.
En aquel salón de clases me rompí, ahí mis sueños y aspiraciones dejé, este mundo no era mío no pertenecía a él, él no pertenecía a mí.
● ○ ●
Desgraciadamente el día de mi partida llegó rápido, más de lo que esperaba.
En aquel salón de los espejos esperé con anhelo a que él regresara y me pidiera que me quedara con él, que me pidiera perdón y volviéramos a ser nosotros.
Más no lo hizo.
●
En una oficina la pena se contenía, en un escritorio las botellas de licor estaban esparcidas alrededor de una inerte figura, un pobre desdichado que en el alcohol encontrósolución, un perfecto aliado para olvidar como bien dicen.
En su puño una carta arrugada por las múltiples veces que entre sus manos apretó, se reincorporó y la leyó una,otra, otra y otra vez. En su pena la luna le acompañó más su presencia no bastó.
"Di que me recordarás. De pie, con un lindo vestido Mirando el atardecer, amor Mis labios rojos y mejillas rosadas Di que me verás nuevamente Aunque solo sea en tus Sueños más salvajes."
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Estoy loco, nah nah nah. Esto está horrible, but anyway.