Me estaba duchando para hoy poder ir a la casa de la Señora Kauliz, después de completar un papeleo y que me preguntara si tenía experiencia, pero la verdad nunca cuide a alguien con diferentes trastornos...solo a mí padre. Pero esto no iba a ser de otro mundo ni nada por el estilo, además tendré un mejor lugar a diferencia de dónde estoy ahora mismo. El techo de la sala se cae a pedazos y no tengo calefacción. Vivo de la costilla de mí tío Fin, desde que mí mamá se suicido y mato a mí padre, solo tenía a mí tío. Que muy pocas veces me visita. Solo fueron cinco veces que lo vi.
Mí mamá se arto de el trastorno de mí padre, así que termino con su vida y la suya delante mío. Recuerdo ese día como su hubiera sido ayer...la sangre de mí padre exparcida por todo el sofá de la sala...mí madre clavando una y otra vez ese cuchillo en su cráneo, sangre salpicaba su cara y ropa...hasta que se dio cuenta de lo que hizo, y con el mismo cuchillo, apunto a su boca...
Y atravesó el cuchillo.
Para seguidamente clavarlo en su cuello y pecho. Ella calló al suelo, dejando un charco de sangre por el suelo.
Vuelvo a la realidad en el momento que el agua empieza a salir calentita, me estaba bañando con agua fría y necesitaba esto. Algo de paz. Paso el shampoo en mí pelo, masajeando suavemente, retiro el shampoo y lugar pongo el acondicionador en las puntas, lo enjuago con agua y cierro el grifo de la ducha y me envuelvo con la toalla. Salgo de la ducha y tomo mí ropa interior que estaba en el lava manos. Me pongo las bragas y después el sostén, agarró mis pantalones negros de jeans y la polera blanca. Me miró al espejo y tomo el cepillo de dientes, pongo las pata en este y me lavó. Luego agarro el peine para el pelo y me cepillo el pelo, miraba mí reflejo en el espejo un poco quebrado. Antes de que mí mamá matará a mí papa, ella golpeó con su puño el espejo. Recordaba el estruendo del golpe que causó, por suerte no se trozo por completo.
Lo sigo recordando, por más de que tenga 17. Lo recuerdo. Desde sus muertes pasaron 11 años... extraño a papá, por más de que su enfermedad lo atormenta, el seguía siendo alguien amable, bondadoso, honesto.
En una hora iba a venir el chofer de la Señora Kaulitz a buscarme, tenía tiempo para desayunar. Me moría por comer huevos revueltos con una taza de leche.
Salgo del baño, directo a la cocina. Abro la nevera y saco dos huevos, pongo el sartén a calentar unos dos minutos. Cuando parto los huevos sale un olor podrido de estos.
—¿Que mierda..?—susurre para mí misma. Los huevos tenían un color verde claro, la llema estaba verde y la clara blanca, con algunos pedazos negros. El ver esto me agarró arcada, tomo el sartén y tiro los huevos al tacho de basura. Y me dirijo al baño, meto mí cabeza en el retrete y vomito, el olor de los huevos me revolvió la panza, haciéndome recordar al olor a podrido de los cuerpos de mis padres. Lágrimas empezaron a salir de mis ojos al volver recordar eso. Por más de que todas las noches sueño con eso, el olor era lo más aterrador para mí, el olor junto a cuerpos sin vida me aterraban.
Tiró de la cadena del retrete y me limpio la cara. Salgo del baño y voy hasta mí cuarto. Las ganas de desayunar se me fueron al instante, llego a mí cuarto y voy hasta mí cajón donde tengo un poco de maquillaje que era de mí madre. Me arqueo un poco las pestañas y luego me pongo rimel, agarró la manteca cacao y en la aplico en los labios. Faltaban 20 minutos para que me busque el chófer. Tenía tiempo como para sentarme un rato en el sofa.
(...)
Faltaban 5 minutos para que el chófer llegara. Agarró mí campera negra, y en eso tocan el timbre de mí apartamento, abro la puerta y ahí se encontraba un señor, vestido de traje.
—Hola, Señorita Walker. Soy el chófer que la llevara hasta la casa de la Señora Kaulitz.
—Hola, si. Ya estoy lista.—dije un poco tímida.
—Bien. Suba—dijo apuntando a la limusina negra. Era muy linda y brillante, se ve que esa familia tenía mucho dinero. El chófer me lleva hasta la limusina y habré la puerta para que pueda entra en el vehículo.
Cierra la puerta y se sube en la parte del conductor. Prende el motor y nos dirigimos a la carretera principal, mientras yo miraba a la gente que era muy feliz, esos niños con sus padres, que eran mimados y tenían una relación estable...algo que yo también hubiera querido...
Pasaron unos minutos y ya estábamos entrando a una carreta que conducía hasta el bosque. Y a lo lejos vi una mansión, a más bien un castillo.
Esto iba a ser fácil...
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