DON'T FORGET ABOUT ME.

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27 de marzo 2005.







Arabella





Volvía a casa, después de la escuela. Mi tío Finn había ido a casa esta mañana, para dejarme un poco de dinero y algo de carne. Caminaba, con ansias de llegar y preparar esa carne deliciosa que pocas veces puedo probar, y dibujar algo que se me vino en la mente.

Me faltaba una cuadra para ser exacta, seguí caminando y llegue a mi casa. Tome la llave y abrí la puerta, entre a casa y cerré la puerta, camine a mi habitación y me quite el uniforme, me puse ropa cómoda y fui de nuevo a la sala comedor.

Abrí la nevera y saque la carne, teniendo planeado hacerme un huevo frito con la carne de cerdo.





(...)





Termine de preparar la comida y la deje en la mesa, luego tome una hoja y una lapicera. Empecé a dibuja, mire la hora que era desde el reloj de pared, y se me ocurrió una idea.

Era una chica siendo maltratada, no se porque se me ocurrió eso, pero fue algo del momento. La chica era golpeada, mientras ella miraba la hora, exactamente las 12:010. Lo termine de dibujar y empecé a comer, disfrutando del sabor de la carne.

Termine de comer y deje los patos en el fregadero, camine a mi habitación, para poder terminar la tarea que tenia.

Hice todo y guarde los útiles en mi mochila luego me recosté en la cama, para dormir una pequeña siesta.





(...)





Llegaba a la escuela, entre por la puerta y camine entre todos para llegar a mi salón. Entre y vi al grupo que era conocido y temido por casi todos aquí en la escuela. Ellos me miraron con una sonrisa algo burlona, yo solo les hice una pequeña sonrisa y me senté en mi lugar.

La campana sonó y la gente empezó a entrar al salón sentándose en sus lugares. La maestra entro detrás de ellos y nos saludo. Sentía como algunos me miraban, di vuelta un poco la cabeza y vi como tres de ese grupo me miraban.

Volví mi cabeza hacia a la maestra, que empezaba a escribir en la pizarra. Yo solo saque mi estuche de lápices y una hoja de mi mochila, no preste atención a sus risas y empecé escribir.





(...)





Las clases terminaron y yo recogí mis útiles, salí del salón y camine al patio trasero, nadie iba allí y era tranquilo para ir a dibujar.

Llegue allí, pero me quede dura al ver a los chicos. Eran solo tres, las otras dos no estaban. Ellos me miraban con lujuria, uno de ellos dio un paso y se empezó a acercar a mi.

—¡Arabella, te esperábamos con muchas ansias!

...No...

Me tomo del brazo y vi como los otros se acercaban a mi, con esa sonrisa asquerosa.

—¿Que me van a hacer?—pregunte con miedo.

No me respondio, solo me miro y me llevo del brazo.

—¡No,¿¡A donde me llevan!?—camino agarrando mi brazo, llevándome dentro de la escuela, donde estaba totalmente desierta. Entraron en una habitación y me arrojaron al suelo.

—Si nos haces caso capaz esto dolerá menos...—se paro en frente mio y me dio una patada en la cara, mi labio sangraba, y mis mejillas se llenaban de lagrimas.

Estaba tirada en el suelo, siendo golpeada en cada parte de mi, escuchaba sus risas, carcajadas, mientras acordaban quien era el segundo en golpearme.

—P-por favor...yo no les e hecho nada-.—pero otra vez fui golpeada en la boca, mientras escupía sangre.

Mire la hora...y recordé mi dibujo. Y fui una ultima vez golpeada con un fierro de metal en la cabeza.













27 de marzo 2009






Miraba el reloj de la habitación mía, con odio. Recordaba como mi boca sangraba y cuando me encontró uno de los profesores dijeron que solo fue un juego brusco de hombres...

Pero eso no fue un juego.

Camine hasta el baño, con el deseo de sacarme el vomito de la camisa. Entre a este y me quite la ropa rápidamente, abrí el grifo de agua fría, me metí a la ducha y deje que el agua recorra mi cuerpo, limpiando todas las mancha de aquel ser desgraciado.

Pasaba el jabón con fuerza sobre mi piel, dejando que salga espuma. Me enjuague el cuerpo con el agua y luego me enjuague el pelo. Termine y salí del baño, tiritando del frio que sentía. Tome una toalla que había en el gabinete y me envolví con ella.

Sali del baño y fui hasta mi armario, saque una camisa y un pantalón corto, luego de los cajones saque mi ropa interior. Me empecé a vestir con rapidez para luego ir a la cocina a limpiar mi vomito en el suelo.

Sali de la habitación ya vestida y con unos zapatos puestos, baje con velocidad las escaleras y camine a la cocina, tome un trapo un empecé a limpiar todo, levante el plato, con asco, y lo puse en el fregadero.

Limpie la mesa y lave los trastes que quedaban de antes. Termine y fui hacia la nevera, la abrí y vi el pedazo de carne humana, mis ganas de volver a vomitar eran tan fuertes, me contuve y cerré la nevera.

Camine hasta el teléfono fijo que estaba en la sala y lo tome, marque al numero de la señora Kaulitz. Estuve unos minutos, pero ella no contesto, así que decidí marcar al numero de la policía. No me atendieron, volví a llamar una y otra vez.

No contestaban.

Hasta que escuche un teléfono sonando atrás mío.

Me di la vuelta con miedo, deseando que no sea Bill. Mire y solo era otro teléfono, el numero que marcaba era uno desconocido, atendí por curiosidad y me hablaron.

Bill, tengo a las otras chicas, sal afuera.—me quede atónita al escuchar eso.—Contesta cabron.

Solo corte el teléfono, me di vuelta y sentía como algo debajo del suelo golpeaba contra este. Mire el tapiz, me agache y lo empecé a mover.

Mis ojos quedaron fijos en el suelo.

No había nada.

El sonido se seguía escuchando, pero no sabia de donde provenía.

¿H-h-hola?¿Quien es?—esperaba respuesta, pero solo seguía escuchando como golpeaban el suelo. Me levante de este y camine por el pasillo, el cual la señora Kaulitz me prohibió ir. Camine por este, viendo como no había ninguna puerta a su alrededor.

Doble al siguiente pasillo, caminando por este. Al final había una puerta, camine más rápido, hasta que llegue a la puerta. Tome la manija, pero está no abría.

Intentaba forzar la puerta, pero no.
Escuche como alguien se paraba detrás de mí.

Era un hombre de cabellos largo, castaño. Un poco más bajo que Bill.

Este me miró y me pegó con un fierro en la cabeza.

...No te olvides de mi...no vamos a salir del infierno...

...Escuche mis voz...

Escuche mis voz

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CANNIBAL; Bill Kaulitz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora