Capítulo 2: Contrato

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Las pisadas inquietas de Charlie azotaban el suelo debajo de ella, había dado vueltas a su habitación por varios minutos, no podía sacarse de la cabeza en como Alastor la había "defendido" de cierta manera de los dos ángeles

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Las pisadas inquietas de Charlie azotaban el suelo debajo de ella, había dado vueltas a su habitación por varios minutos, no podía sacarse de la cabeza en como Alastor la había "defendido" de cierta manera de los dos ángeles. Trató de pensar en las posibles razones del porqué hizo eso. Otras ideas instrusivas también le quitaban su confianza.

—Mmm... —sonrió ampliamente al encontrar una que se adaptó a sus pensamientos—. ¡Sabía que no era tan malo!

Emocionada, salió de su recámara y se paseó por los pasillos angostos del hotel, contemplando uno que otro cuadro familiar antiguo, paró en seco y su mano de manera instintiva surcó con las yemas de los dedos uno de los retratos en dónde se veía a su madre. El cabello rubio suelto, con postura firme y ropa oscura elegante, a su lado una pequeña princesa con vestiduras infantiles y al otro su padre, tan radiante como siempre. Bajó sus orbes carmines con tristeza y soltó un suspiro largo.

—Como te extraño... —murmuró para sí misma, aunque lo había pronunciado.

"Charlie..."

Un susurro que rompió el silencio sepulcral en el que se acobijaba, se estremeció viendo cómo la alfombra de debajo suyo era oscurecida por una sombra de características curvilíneas, muy parecidas a las de su progenitora, incluso creyó haber visto la silueta de sus cuernos impregnarse en las paredes. Levantó la cabeza en dirección opuesta y la encaró.

—¡Charlie, querida! —exclamó Alastor parado a sus espaldas—. ¿Se encuentra bien? Parece algo aturdida.

—O-Oh... Alastor, solo eres tú —tragó saliva mientras se acercaba—. Creí haber visto a alguien más...

Fue hacia él y con algo de inseguridad revisó a los costados, en serio lo había sentido tan real. Ya antes había creído escuchar a su madre llamarla, pero siempre terminaba confundiendo su voz por alguna otra persona que simplemente hablaba. Al final no encontró nada más que la presencia de su compañero.

—¿Cómo a quién? —indagó ladeando la cabeza.

—No, nada, te parecerá tonto... —dijo apartando su mirada de la de él.

—Pruébeme.

—Creí... Haber escuchado a mi mamá, aunque no estoy segura, se escuchaba como ella, pero no sé sentía como ella —apretó sus manos nerviosa.

—¿A qué se refiere?

—No lo sé, su voz jamás me había hecho sentir escalofríos... —aclaró en un tono sombrío.

El demonio se quedó callado por un corto periodo de tiempo, casi como si estuviese pensando, pestañeó algunas veces contemplando la pared en la que se encontraba su sombra. De un momento a otro envolvió uno de sus largos brazos por los hombros de ella y la estrujó sutilmente.

—¡Qué imaginación la suya, princesa! —canturreó fingiendo demencia—. ¡Su madre no está, se fue hace aproximadamente 7 años! Venga, sentémonos a hablar.

Fear [Charlastor] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora