Aquel viaje•inolvidable

•La visita esperada•

Capítulo 10

-Kate-

Eran las 23:00 de la noche, y estaba en la piscina, como siempre, escuchando música.
Me sentía culpable por haberle hablado así a Ethan hace un par de horas. Sólo me estaba ayudando.

Me tumbé en la lacia hierba y cerré los ojos, para pensar en que pronto, todos estos líos se acabarían y por una vez en dos meses, pasaría algo bueno.
De repente, apareció Ethan.

-Kate...Yo no quería entrometerme antes, y lo siento mucho, Liam dice la verdad, soy un capullo-Dijo sinceramente.

-Ethan, sabes que eso es mentira.-Dije para consolarle-A veces lo eres, como todo el mundo, pero en el fondo, eres un buen chico.

-Vaya, deberías ser psicóloga Kitty Cake- Empezó a bromear.

-Si, seguro jaja-Rei con él.

-Que cielo tan bonito, como tus ojos-Filtreó y se quedó mirándome por un momento, como yo a él.

-Ethan, sabes que a Liam no le gustaría que estuviéramos...-Antes de poder soltar la palabra sus labios estaban rozando con suavidad los míos. Kate Cleawers, ¿que estás haciendo? Me dije.

...

Me levanté con el brillante sol y la brisa del mar surcando mi habitación. Cómo es que estaba en mi habitación si anoche estuve en la piscina con.... Ethan. Él me había traído. Será idiota jaja, me dije.
Oí unos pasos cerca de mi habitación, y alguien, abrió la puerta de un empujón. Cómo no, era Ashley, mi mejor amiga, la loca de ella, entró corriendo y salto a mi cama, haciendo que me cayera al suelo.

-¡¡Ashhh!! Jajaja-Dije en el suelo entre risas.

-¡¡Vaaamoss!! Vístete nos vamos de compras que ya es hora.-Dijo ayudándome a levantarme riéndose.

-¿En serio Ashley?-Era un sábado, las 8 de la mañana.-¿¿No puedes dejarme libre por media hora?? Jaja.

-De eso nada monada, anda vístete.-Dijo llendo a mí vestidor a mirar ropa.

-Esto te irá de fábula-Dijo enseñándome un vestido rojo llamativo.

-¡NO!-Dije rechazándola.

-Bueno pues el top blanco con estos preciosos zapatos.-Dijo sacándome más ropa.

-Baaale, pero solo por qué llevaré vaqueros.-Dije mientras me vestía.

-¡Oh Kate! ¡Mira esta falda!-Dijo cogiéndola. Era una falda vaquera con volantes.

-Ash, oh vamos, eso sí que no. Nunca llevo faldas-Dije cogiendo los pantalones.

-¡Porfa Kate! Te quedará espectacular, vamos.-Me tiró los pantalones y me dió la falda.

-Cuanto antes vallamos antes terminaremos.-Me puse la falda sin rechistar más y montamos en su furgoneta.

Fue un viaje bastante largo por el tráfico que circulaba lentamente.
Hasta que en media hora, la furgoneta paró en un gran edificio pintarrajeado y lleno de colores. No parecía un centro comercial comparado con los de Miami que eran enormes y de los mismos colores.

-Vaya, es precioso por fuera.-Dije sin apartar la mirada a esos colores tan vivos.

-A bueno no es para tanto.-Dijo Ashley avanzando hacia las puertas.

Nada más que entrar se podían ver varios puestos de ropa y accesorios preciosos. Las tiendas eran muy pequeñas pero bonitas.
Nos compramos varios bikinis, gafas de sol, pantalones, y vestidos para la playa. Nos comimos un helado por el calor que hacía, y nos volvimos.
En la vuelta, se situaba el aeropuerto, y de repente, vi una cara. Una cara que me resultaba muy pero que muy familiar. Y sin dudarlo, le pedí a Ashley que parara para recoger a mi mejor amigo que estaba perdido.

-¡¡DAN!! ¡AQUI!-Le grité desde fuera.

-¡¡KATE!!-Gritó y corrió hacia mí, abrazándome con fuerza.

-Jajaja te dije que no hacía falta que vinieras.-Le dije agarrando su maleta.

-Pero no te hice caso y te alegras de eso, como siempre Katy Perry-Dijo en un tono graciosillo.-Vaya, que belleza tenemos aquí.- Le soltó Dan a Ashley.

Dan siempre era así. Cualquier chica guapa que veía ya estaba en su poder.

-Ho-hola-Dijo Ashley tartamudeando y poniéndose colorada.

-Agh por favor Ash, no caigas en su tentación jaja.-Dije vacilando y nos dirigimos a casa.

Le dije que podía dormir en el colchón de mi habitación, pero se negó y dijo que para no molestar dormiría en el sofá.
Mi padre le dijo que tenía unas 5 habitaciones de invitados arriba y que tenía sitio de sobra, pero siguió negando. A veces era tan cabezota como yo.

Nos pasamos la tarde en la playa del bar de Liam con unos amigos, ya que nos pillaba cerca de casa, y nos fuimos pronto porque Dan estaba cansado por el viaje.
Liam nos trajo a casa. Al final, Liam y Dan pasaron bastante tiempo juntos y se cayeron mucho mejor de lo que esperaba. Eran muy diferentes.
Liam era tranquilo, amable y bondadoso, pero en cambio, Dan, era bruto, burlón e inquieto.
Me despedí de Liam con un beso en el porche antes de que se fuera y empezamos a preparar la cama.

-Dan, ¿seguro que no quieres dormir en la habitación de invitados?-Dije intentando convencerle.-En cima, aquí molestarás más ya que mi padre y Allison se levantan pronto.

-Bueno está bien Katy Perry.-Me dijo al final en un tono vacilón.

-Venga, sube. Es el último cuarto, el del fondo.-Le señalé.

-Si pesadilla.-Se empezó a reír y no me contuve más así que solté una carcajada.

La verdad es que estaba muy contenta de que estuviera aquí después de todo lo que ha pasado, en cima mi madre seguía en el hospital, así que me ayudaba a estar distraída.

De pronto, mientras estábamos viendo una peli de terror en la enorme sala, oímos a alguien entrar a casa.
Era Ethan con su cabellera rubia y sus suaves ojos verdes.

-Que callado te lo tenías Kitty Cake.-Dijo sonriendo a Dan.

-Conque tu eres el famoso Ethan.-Dijo mirándome burlón.-En todas las llamadas ha estado hablando de tí, no había ninguna manera de hacerle cambiar de tema.

-¡Calla idiota!-Dije dándole un capón en la cabeza.

-¡Ey! No te pases, que solo digo la verdad jaja-Dijo partiéndose el culo con Ethan.

-Bueno Dan, ¿damos el paseo que me pediste?-Le pregunté cuando se pararon de reír.

-Por lo que veo te ha venido bien pasar tiempo con Ethan Kate, de repente te ha venido la memoria jaja-Dijo entre risas.

-Ay vaamos, no seas tan tonto-Dije arrastrándolo a la puerta.-¡Adiós Ethan!-Dije con una voz bastante chillona y delicada.

-¡Adiós Ethan!-Me imitó Dan.

Fuimos por la esquina de la carretera ya que le quería enseñar una de mis playas favoritas. Pasó media hora y estuvimos muy callados.
Hasta que Dan sacó el tema que menos quería hablar con él.