Capítulo 23
-Kate-
Me levanté tiritando por el frío que hacía en mi habitación. Miré la hora y eran las once de la mañana.
Iba a cojer mi móvil cuando de repente me encontré a Ethan sentado, pensativo y con el ceño fruncido.-Hola Eth...-Dije llendo a levantarme.
-No hace falta que te levantes Kate.-Dijo con seriedad.
-¿Pasa algo?
-No.
-Pues entonces mírame monstruito.
-¿Desde cuando te ha dado por llamarme así?
-Desde ahora.
-¿Te encuentras bien?
-¿Por lo de ayer? Debería preguntartelo a ti también.
-Pues estoy bien pero la que salió herida fuiste tú.
Se hizo un silencio muy incómodo entre nosotros. Lo miré a esos ojos claros mientras se colocaba el pelo. Hacía ese gesto a menudo cuando no había conversación.
-Ethan...¿Estamos bien no?
-Bueno, tú no tanto loca.-Dijo mostrando sus preciosos hoyuelos.
-Es en serio.
-Si Kate. Te quiero, mucho. Pero ahora mismo estoy muy confundido por lo que pasó ayer.
-Lo sé, yo también.
-Entonces...¿Estás mejor?-Me dijo con una sonrisa pícara.
-Si, ¿por qué?
De pronto, me agarró de las caderas y me cogió en sus brazos haciéndome cosquillas.
-¡¡ETHAN PARA!!
-No hasta que me digas que me quieres preciosa.
-¡¡TE HE DICHO QUE PARES!!
-¡Para de moverte tanto sanguijuela!
-ESTA BIEN, está bien.-Dije calmándome y apartando sus manos de mí.-Te quiero.-Y lo besé.
-Así me gusta.-Dijo dejándome libre.
-Ugh, te odio.-Dije corriendo por las escaleras hasta bajar a la cocina. Me heche a reír mientras sacaba la mermelada.
-Uu que rápida eres princesita.-Dijo besándome la frente y robando una de las tostadas que estaba preparando.
-Y tú robándome el desayuno lo eres más ladronzuelo.
-Gracias pequeña Kate.
-Todos tuyo.-Dije llevándome dos tazas de café a la mesa.
-Te amo.
-Te amo aunque seas un ladrón.
-Lo de ladronzuelo quedaba mejor.
-Ja ja.
-Estás preciosa.
-No tanto como tú.
-Lo sé.
-¡Oye!-Dije dándole un empujón.
-Jaja.-Dijo soltando unas carcajadas.
-¿Donde están los demás
-Supongo que se habrán ido.
-¿Un domingo, con cinco grados?
-Exactamente.
-¿Ethan sabes a dónde?
-No tengo ni idea.
-Pues debería llamarlos.
-Bah, déjalos.
-Bueno, me voy a pintar.-Dije recogiendo la taza y el plato vacío.
-Oh, vamos, ¿en serio Kitty Cake? ¿Vas a dejarme solo?
-Sé que estás deseando en cojer el mando y ponerte a jugar a tus videojuegos.
-No de esa manera, pero sino podría pasarme toda la mañana mirándote, preciosa.
-Oh, que romántico por dios.-Dije soltando una carcajada.
-Intento serlo pequeña.
-¡No hagas ruido!-Dije subiendo las escaleras.
-¡No tanto como lo hago contigo!
-¡Serás pervertido!
-¡Lo soy, te quiero!
Me puse mi bata manchada de acuarelas. Cogí un marco, unos pinceles, y empecé a pintar.
Estaba inspirándome en aquel atardecer en el que Ethan y yo estuvimos.Me puse los cascos y no salí de mi mundo hasta las tres de la tarde.
-¿Se puede?
-Ya has entrado-Dije sonriéndole.
-Es mi casa enana.
-Si si, enano.-Dije a carcajadas.
De pronto, se detuvo a observar lo que había pintado.
Tampoco estaba tan mal. Una noche estrellada, una de mis especialidades.-Es...Precioso.-Dijo abrazándome por detrás.
-Gracias Eth.
-¿Puedo?-Dijo cogiendo uno de mis pinceles.
-Claro.
-Mmm...
-¿Que vas a hacer?-Pregunto con curiosidad.
-Esto.-Dijo pasándome la pintura por la cara.
ESTÁS LEYENDO
Aquel viaje•inolvidable
RomanceKate, una chica quien ama leer libros, vive en Miami y por culpa del poco dinero que le pagan a su madre que es enfermera, se tiene que ir a California para seguir con su sueño de ser escritora. Allí conoce a su padre y al amor de su vida. Pero él e...