Capítulo 9| La gran recompensa

57 10 11
                                    

— Osea, a ver si lo estoy entendiendo bien, ¿Fuiste a Naomi's coffee y un viejo verde baboso empezó a ligar contigo, le dijiste  de todo y entonces esa tía rubia que ahora mismo está ahí tumbada en tu sofá se hizo tu amiga, le contaste tu vida y lo que no es tu vida, luego la trajiste a casa y bebisteis hasta caer dormidas y borrachas? — Me preguntó James mientras me preparaba un café.

James había venido, ha tardado 2 minutos desde que me ha llamado hasta que ha llegado y aunque sigo enfadada con él, ha sido un gran detalle que venga a hacernos cafés y ver que todo está bien.

— Si lo dices así suena mal...— Respondí.  — Pero, sí, más o menos es lo que pasó.

— Ya... Eso explica porque me llamaste para decirme que yo era tu agaporni o algo así y que te habría gustado que hubiera pegado a Sebastian por que querías que hubiera una batalla mítica entre nosotros. – Añadió.

— Joder... Bueno, estaba bajo los efectos del alcohol. — Me justifiqué.

— Ya, bueno. Karla estará hambrienta, me la voy a llevar a comer por ahí, tú duchate y espabila. — Me dijo.

Tiene razón, tengo que espabilar, ¿Qué clase de madre deja dormir a su hija hasta las 3 de la tarde por estar borracha? Soy la peor madre del mundo.

— Espabila porque dentro de nada es navidad y aún no veo ningún adorno, mira, voy a llevar a Karla a comer y vamos a comprar un árbol de navidad, ¿Vale? — Me ofreció.

Entonces sacó un casco de moto mini, tenía un estampado de Minnie Mouse y era rosita, iba a ser gracioso verle a él tatuado, vestido entero de negro, en una moto con una niña que lleva un vestido rosita flores

— ¿Le has comprado eso a Karla? —Pregunté tratando de ocultar mi risa.

— Sí, ¿No es perfecto? Mi hija va a ser motera como su padre, a los 9 años tendrá su primer tatuaje, una calavera en la frente hará que sea la chica más temida de toda la primaria.

Le brillaban los ojos hablando del futuro de Karla... Aunque no sea el futuro que yo tenía pensado precisamente.

—Bueno, es lo más garrulo y hortera que he oído en mi vida, pero sé que mi Karlita preferiría ir conmigo a comprar ropa y ver Gossip Girl, por eso me va a preferir antes que a ti. — Le respondí.

—Simplemente tienes envidia, ¿Quieres uno tú también? En algún momento tendrás que ir en mi moto. — Me respondió provocando que mis mejillas se pusieran en un tono rojizo.

James se ganó una Kawasaki Ninja H2, siempre fue su moto soñada hasta que se la ganó en una apuesta ilegal, desde que la tiene nunca antes había dejado a nadie subirse en está, de hecho un chaval la tocó y James no quiero saber como pero le hizo pedir un intercambio a Australia, James siempre me decía que si alguien me tocaba le haría lo mismo.

— ¿Me estás ofreciendo ir en tu Kawasaki? — Le pregunté casi sin creérmelo.

— Es que no estás en la misma categoría que el resto. — Me respondió.

— ¿No? ¿Y en qué categoría estoy? — Le pregunté.

Él se rió y tensó la mandíbula.

— Demasiadas preguntas por hoy, rubia.

—Bueno, moreno, lo que tú digas.—Le respondí.

En todo este momento que hemos estado hablando sus ojos no han parado de variar entre mirarme los ojos y los labios, mierda, me conoce demasiado bien.

James se fue con Karla, la cual estaba demasiado emocionada por volver a verle y yo me tenía que encargar de que a Gio no le diera un coma etílico.

—¡Gio! Vamos, despierta.—Le pedí mientras colocaba una alarma en su oído.

Nuestra Primera VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora