Modo retro. [👔] Jungkook y tú.

Capítulo 20. Batido.

El cambio podía notarse en las calles a un día del festival cada una de las mujeres en la ciudad Retro se encarga de comprar ropa de estreno, comprar con anticipo sus boletos al festival, además de la cena que se hará al final en el campo Silvestre, en la que algunos cuestionan sobre una subasta sorpresa.

Sin importar era uno de esos famosos festivales anuales, en las que incluso los hombres adinerados temían en los gastos de sus esposas. Era una de esas situaciones en la que el par de tacones iba andando, siendo los zapatos de piso de su esposo quienes las sigan con ya Namjoon con varias bolsas y siendo de ayuda Jungkook con cajas de su cuñado.

− ¡Todo está divino! ¿No ___? Ya tengo mi ropa para cocina, para estrenar en el festival y para la gala de la noche. ¿No se te hace poco? ¡Uh! Aguarda cuando encuentre las joyas indicadas.

−Vas a verte muy bonito, Jinnie.

− ¡Ja! Y espera a que entremos a nuestro paraíso. −Festeja Jin hasta llegar a ver a su esposo cansado− Nam, tengo una reservación en el salón de belleza. ¿Puedes darme dinero para mi nuevo corte?

Namjoon quedaba viendo los bonitos ojos de su pareja, aunque después llega a ver la mueca de su hermano menor negando tal gasto.

−Deja de cumplir los caprichos innecesarios −Reclama Jungkook a su mayor−, si sigue así derrochando va acabar con la fortuna de esta familia.

−Solo vamos al salón de belleza, además ___ ira conmigo. ¿No ___?...

−Ay...

___ estaba en un dilema con lo que contesto su esposo, aunque Jungkook lo nota es el corazón de pollo lo que tranquiliza a su pequeña esposa con varios toquecitos en su coronilla.

−Bueno, si es solo un capricho no tiene nada de malo. −Exhala Jungkook entregando a su esposa parte de su paga para que vaya ha dicho lugar− No es algo que tengamos que exagerar.

Jin sonríe con malicia sabiendo que al final al demonio de las cuentas tenía una debilidad.

Haciendo una parada en una de las cafeterías departamentales, disfrutan de la tarde con la comida ___ quedando observando a la comida rápida más dulce que haya probado, además en una presentación tan divertida, con la que ahora entiende la fascinación de Jin.

−Deberías donar algo de tu ropa en la subasta. −Dice Namjoon limpiando la mejilla de su amor que hace una mala cara− Hay ropa que no usas, le harías un gran favor a Jenny.

− ¿Ja? Ni pensarlo, solo el diablo sabe que va ofrecer en la subasta. −Jin comparte del cigarrillo de Namjoon para soltar una calada− Aunque bueno, como lo pides tú. Tenemos el motor viejo del auto.

−Jinnie. −Reclama ___.

− ¿Qué? Al menos lo intente y no intentes persuadirme, porque a mí lindo príncipe con esos ojitos de rol de canela le voy a decir que sí. −Balbucea Jin viendo a Namjoon− Bueno, tal vez pueda donar algo, el piano, por ejemplo.