25/11/837

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La mañana se notaba inquieta. Era extraño pues yo no lo estaba. Desde mi ventana veía a la gente de abajo ir de un lado para otro, con angustia o nervios en sus caras. Yo, ya vestido y preparado, sostenía la pluma que escribía mi diario cada día.
Se escuchó la voz grave de un comandante, llamando a todos para formar. Fue ahí cuando guarde mi libreta conmigo y fui bajando las escaleras.

Todos los soldados iban a su escuadrón, con sus caballos. Muchos de ellos decían no tener miedo, no estar nerviosos pero sus ojos los delataban. Al llegar con mis compañeros me subí a mi caballo a esperar al comandante Erwin.
A mi lado izquierdo estaba Petra, me alegraba estar a su lado, era una chica ágil. A mi derecha estaba Brossard, como siempre con aura de superioridad. No me importaba ya que también sabía hacer lo que había que hacer.

"Menos mal que vamos contigo Levi." Dijo Petra en un tono de alivio e ilusión.

"Pufff... Petra no tengas miedo, vais conmigo, ningún titán se acercara a nosotros." Las respuestas de Brossard siempre eran así.

"Cállate. Eso dices ahora, pero estoy segura que en cuanto veamos uno, te mearas encima." Ella cruzó los brazos y giro la cabeza para hacerle una mueca.

"¡Cómo! Que estás diciendo, ya verás como-" su caballo justo hizo un mal movimiento, generando que se mordiera la lengua. "AYYY!!"

Petra se empezó a reír.

"Si los dos tuvierais una pequeña parte de mi capacidad de concentración, no os haría falta yo." Dije mientras me apretaba mejor los arneses que rodeaban mis piernas. "De todas formas, si necesitas ayuda para matar un titán, dímelo y lo mato por ti ¿Vale Brossard?"

Él puso una cara de estar picado, que ese era mi intención, y Peta se reía más.

"Veo que aquí no vamos escasos de ánimos." Una cuarta voz apareció en el ambiente. Acompañado por un caballo blanco, Erwin se puso delante mio. "Tomar, colocarlas en las alforjas del caballo."

Nos dio unas bengalas de colores, el día anterior nos explicaron para que eran. Iban seis en cada lado. También nos dijeron que las usaban siempre que salían y que eras bastante efectivas. No obstante no lo debían de ser mucho, ya que siempre moría mucha gente.

Preguntó si estábamos listos, y al vernos asentir, se subió a su caballo y empezamos a cabalgar. Y con nosotros, todos los demás escuadrones.

Al salir de los muros el aire se notaba diferente, extraño. Hacia ya unos cuantos kilómetros atrás que habíamos dejado de ver al resto de escuadrones. Nosotros estábamos en el medio de la formación por lo que, supuestamente, no veríamos a muchos titanes, sin embargo ese día disparamos muchas bengalas.

Los arboles de los alrededores escaseaban de hojas. Se notaba el otoño, aunque el sol brillará desde lo alto del cielo, era un sol que no calentaba. Mire a mis compañeros, los vi bastante concentrados en el camino. De pronto vio un rastro de una bengala verde.

"Akerman, dispara la tú." Cogí el frasco que contenía la pólvora verde y la coloque en la pistola, apunté al cielo y disparé. Acto después cambiamos de rumbo.

Akerman...me había llamado solo Akerman? Siempre me había llamado por mi nombre. Le resté importancia rápido. Sobretodo porque atrás de nosotros se escucho el disparar se otra bengala. Esta vez roja.

"Eso es...que viene un anormal." Petra aviso con miedo en su tono de voz. Note como sus manos empezaron a templar un poco.

"Tranquilos." Intento calmarnos Erwin.
A los pocos segundos apareció en nuestra visión, mi compañero a la derecha estaba demasiado callado, tenía miedo, se le notaba en la expresión.

Diario de un poeta || EruriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora