23/04/850

8 1 1
                                    


"¿Entendieron? Si está Kenny el Destripador, él será nuestro mayor obstáculo." Seguí hablando. "Será como si yo estuviera en el bando enemigo. No. Con esas armas será aún más peligroso."

Hange había vuelto hacía ya un rato, junto a ella y mi escuadrón nos dirigíamos a las tierras de Rod Reiss para rescatar a Eren y Historia.

"¿Y si esperamos a la legión?" Preguntó Connie asustado.

"Ni hablar." Respondió Mikasa en tono serio.

Era verdad que no podíamos esperar, Eren corría peligro ahí, según lo que nos había comunicado Hange.

"¿Levi, cómo es que sabes tan poco sobre Kenny si vivías con él?" Me preguntó Hange.

"Lo siento. Ni si quiera sabía su apellido. Por lo visto, se apellida Akerman, podría ser familiar tuyo." Dije dirigiéndome a Mikasa.

Después de un corto silencio la joven empezó a hablar sobre su pasado y como es que sus padres le contaron que perseguían a los Akerman sin saber la razón.

"¿Alguna vez sentiste que tú poder desperaba de repente?" Cuando me respondió afirmando le conté que Kenny también lo había experimentado. "Sin previo aviso sientes una fuerza descomunal por todo el cuerpo. Yo también viví ese momento..." Confesé recordando aquella noche.

"Capitán, ya casi llegamos." Interrumpió Jean cuando se empezaba a ver una iglesia.

Bajé del carro y camine hasta dentro del edificio.

"Lo encontré, una compuerta secreta." Avisó Hange, señalando una entrada que se situaba en el suelo. "Eren y el enemigo estarán aquí. Espero que la zona sea como predije."

"Espero que los regalos que nos tomamos la molestia de traer sirvan de algo." Comenté mientras me agachaba. Como era de costumbre tuvimos que pensar en algún plan para detener a los enemigos y Armin sugirió usar la pólvora de los barriles para hacer bombas.

"Ya está todo preparado." Avisó Armin.

"Bien. ¿Estáis listos para ensuciarse las manos?" Miré atento a las caras de mi escuadrón. "Diría que sí."

Hange abrió la compuerta, al bajar las escaleras nos topamos con una puerta de madera. Pegué una patada a la puerta para que se abriera y seguido tiramos los barriles. Entramos en aquella sala corriendo, Sasha disparo una flecha ardiendo para que reaccionara con la pólvora, lo que creo una gran humera donde podíamos escondernos y atacar sin ser vistos.

Hange, Connie, Jean, Armin y Sasha se quedaron ahí, disparando vengalas para crear más distracciones. Mientras tanto los otros fuimos avanzando.

Fui esquivando las columnas de cristal y algún que otro disparo, mientras tanto me fijé y conté las personas que había dentro.

"¡Hay treinta y cinco en las columnas!" Grité para que mi equipo se enterará. "¡Seguimos con el plan! ¡Los eliminaremos a todos aquí!"

Gracias a la poca visibilidad y al factor sorpresa fuimos avanzando y eliminando a los enemigos poco a poco. Dejé a mi escuadrón un pco atrás y avancé para ver dónde estaba Kenny.

Estaba apunto de matar a una soldado cuando su voz y el ruido de un disparo me hicieron retroceder y esconderme en una pilona.

"Hola, Levi. No tengo tiempo para ti, pero no podemos permitir que pasen. Que remedio. Jugaré contigo."

Lo escuché acercarse a donde estaba yo y cuando entró dentro de mi campo de visión empezó la pelea. Seguí avanzando entre las pilonas cuando lo perdí de vista, pero no tardo en volver a aparecer detrás mio. Esquivé todos sus ataques, me escondí en la explosión para que no me viera venir y le herí con mi espada. Iba a seguirlo y acabar con el trabajo pero vi Hange caer al suelo así que tuvimos que detenernos.

Diario de un poeta || EruriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora