26/11/837

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El comedor se encontraba totalmente en silencio, no solo por las personas que ayer estaban, y hoy faltaban. A eso se le sumaba la sombra que azotaba a todos los cadetes que estaban sentados. Todos parecían haber visto cosas espantosas ayer.

Yo estaba solo en mi mesa, mis compañeros se habían ido a la ciudad. En la mesa de comandantes solo estaba Hange. Cuando termine mi té salí del comedor hasta llegar al patio y me quedé mirando una estructura que habían montado hace unos días atras, antes no sabía para que era, ahora se que era para tener a recaudo al titán.

"¿Quieres entrar a verlo?" Una alegre voz sonó detrás de mí, haciéndome que me sobresaltara.

"¿Puedo?" Al girarme mi a la comandante Hange Zoe.

"Por supuesto que si, yo soy la encargada de este bicho, yo soy la que va a descubrir todo sobre los titanes." Me fue imposible decile que no, la alegría y emoción no le cabían su mirada.

Me sorprendió ver al titán atado al suelo, con cuerdas, clavos y otros materiales."¿No se puede soltar de ahí? Parece más fuerte que los agarres."

"Tranquilo, no se suelta, parece que no, pero esto son muy buenas sujeciones." Sonrió mientras se acercaba a tocar una de las cuerdas que ataba a la bestia. Fue un error ya que el bicho estiró el cuello para intentar morderme. "¡AY! Oye Meky no seas malo."

El titán le miraba con una horrible sonrisa en la cara, era desagradable.

" ¿Y qué cosas has ido descubriendo de estos bichos?" No se si debí preguntar eso, supe que no al ver la sonrisa que se formó en su cara.

"Estaba deseando que me preguntarás, ven, yo te voy a contar todo, pero mejor vamos a otro sitio como...." Miro al rededor. "Ya se, vamos a la sala de reuniones, ahí no nos molestará nadie, así te podre contar todo."

Y eso hizo, estuvo todo el día contándome cosas, hipótesis, estudios que ella había hecho, pruebas, experimentos. Y cuando acabó, me lo volvió a explicar con más detalles. Una vez se me cerraron los ojos, poco más de un minuto, debido a ello me contó lo mismo otra vez. Y así estuvimos hasta que el sol descendió por completo.

"Me ha gustado mucho hablar contigo Levi." Sonrió cuando terminó de contarme todo lo que sabia por quinta vez. Y yo no puede evitar contagiarme de su alegría, aunque estuviera muy cansada, sonreí.

"A mi también me ha gustado oír sus experimentos. Lamento que me tenga que ir." Me levanté de la silla, afortunadamente no se me había pegado al cuerpo como yo sospechaba. "Hasta otro día comandante."

"Porfavor llámame Hange." *Sonrió de nuevo mientras se despedía haciendo un gesto con la mano.

"Esta bien, Buenas noches Hange." Me despedí antes de abrir la puerta, y al hacerlo casi me choco con una persona que iba a entrar.

"Hange, ¿Ya habías secuestrado a otro cadete?" La voz de Erwin resonó por la habitación. Levantaba las cejas mientras la comisura de su labio se inclinaba levemente hacia arriba. "Lo lamento Levi, si hubiese estado aquí, no lo habría permitido."

Me aparté para que pudiera entrar, él dejo unas hojas en la mesa y se apoyó en esta mientras cruzaba los brazos q la altura del pecho.

"Que sepas que me lo pidió él." A la vez que se escusaba me señalaba. "Yo no tengo a nadie en contra de su voluntad."

"Esta bien, apuesto a que ni si quiera habéis comido." Me miró a mí y al verme asentir se rió.

Hange se volvió a sentar en su silla y segundos después, llegaron más comandantes que iban ocupando los asientos.

Diario de un poeta || EruriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora