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"Se me ha ocurrido una manera de no tener que matarte." Empecé a explicar.

"¿Perdona?" Preguntó Eren extrañado.

Mi escuadrón y yo, bueno y Eren, nos encontrábamos en una de las salas de la base. Repasando actividades junto a Hange que le gustaba acoplarse a todo.

"Originalmente pensaba que la única manera de neutralizante en tu forma de Titán, sería matarte, pero no resulta útil." Dibuje un monigote en la pizarra, no tenía muy buenas habilidades a la hora de pintar. "Aunque este método requiere mucha destreza. Básicamente, te cortaremos junto con la nuca del Titán, puede que en el proceso te apuntemos algún miembro pero ya te crecerá... Como si fueras un sucio lagarto, que asco. "

Expliqué mientras todos me miraban atentamente.

"Un momento... No sé cómo hacer que vuelvan a crecer." Habló Eren con un tono de voz cubierto en miedo. "¿No hay alguna otra manera?"

"¿Crees que existe alguna manera que no implique riesgos y sacrificios?" Pregunté con voz seria, el negó con la cabeza. "Pues asúmelo. Nosotros estamos igual. Corremos el riesgo de que nos mates. Que eso no te preocupe." Añadí antes de volver a girarme hacia la pizarra.

"Si, entendido."

"¿Entonces no puedo experimentar con él?" Preguntó la voz de Hange, detrás mío.

"El riesgo que implica es demasiado grande." Respondí mientras le miraba. "Pero eso no significa que no podamos usarlo para investigar."

"Estoy al cargo de los planes, ¿No?" Miró al niño atentamente. "Eren, si hay algo que no comprendas, debes preguntármelo." Su tono de voz no era alegre como otras veces, sino serio y profundo. "Es algo por lo que merece la pena arriesgar la vida."

Después de la conversación de Hange y Eren, salimos de la sala para ir a comer.

"Dime Levi, ¿Estás nervioso por la misión?" Preguntó la voz chillona y entusiasta de Hange a mi lado, mientras andábamos al comedor.

"No." Respondí seco.

"En verdad...nunca te he visto nervioso por nada." Se llevó la mano a la barbilla.

"¿Por qué lo iba a estar?" Pregunté sin dejar de mirar al frente. "Se que no me voy a morir."

"¿No hay nada que te inquiete?"

Pensé en la pregunta, si lo había. Me inquietaba que le pasará algo a algún ser querido, como a Erwin. O incluso me inquietaba que le pasará algo a mi escuadrón o a ella.

"Supongo que si, hay algunas cosas que me inquietan o me ponen nervioso."

"¡¿Cómo qué?¡" Preguntó con curiosidad.

"Tú." Le mire a los ojos. "Me pones nervioso, haces que me hierva la sangre, que pesada..."

Se paró en seco, yo seguí andando. "Oye, Levi no seas así." Sonreí mientras me giraba para mirarla, ella sonrió de vuelta y corrió hacia mí.

"Era broma, cuatro ojos."

Al llegar al comedor nos encontramos con un ambiente bastante animado, sobre todo en la mesa de Eren. Al parecer él y un chico estaban peleando por algo, lo ignoré y me senté en mi mesa.

"Oye Mike." Lo llamé, él levantó su mirada de la mesa hacia mí. "¿No ha llegado el comandante Erwin?" La curiosidad se notaba en mi voz.

"No, no lo he visto en todo el día." Respondió. "Puede que siga en su despacho." Asentí y me centre en la comida.

No era una persona de comer mucho, no me apasionaba, tampoco es que tuviese un gran apetito. No como a la penca que tenía al lado, que comía como si fuera su última comida.

Diario de un poeta || EruriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora