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La puerta sonaba repetidamente, tan fuerte que irritaba sus tímpanos

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La puerta sonaba repetidamente, tan fuerte que irritaba sus tímpanos. No esperaba visitas, y tampoco las quería, pero aquellos golpes sobre la madera le decían que claramente las tendría.

Todavía no llegaba la temporada de clases, ni siquiera a  hecho por conseguir trabajo, por lo que no tiene razón de sí para salir o si quiera abrir. Pero son insistente, y sabe que no van a parar hasta que decida dejarlos entrar.

Cansado, y aun recién despierto, caminó a la puerta, abriéndola poco a poco, mirando al fin de quien se trataba tanto escándalo, y bueno, no se sorprendió al ver a su amigo Minho con el puño a punto de volver a azotar la madera un poco más.

—¿A qué vienes?, fui claro cuando te dije que quería deprimirme hasta que sea necesario, no antes—No mentiría, le alegraba ver a su amigo, pero prefería seguir entre sus mantas y olvidar todo, era reconfortante, porque siempre que terminaba dormido, podía llegar a soñar con su abuela.

—¿Y cuando será eso?, Hyunjin, puedes estar triste, pero no te estanques. Es válido que le llores a tu abuela, y aún si sales adelante, la recordarás con nostalgia. Y eso no significa que no puedas salir de aquí y distraer tu mente un poco, no sabes, y a lo mejor y te sientes bien por unos momentos.

—¿Vienes a eso?, ¿a sacarme de aquí?—No tenía ánimos de discutir sobre si salir o no, así que como buen cobarde, se alejó de la puerta y se fue a recostar a su sillón. No lo sacarían de allí y tampoco le incomodaba el tener a Minho a su lado. Eso implica escucharlo hablar durante horas, y para ser sinceros, le mantenía la mente ocupada.

—No precisamente, venía a recordarte que la fiesta de mi hermano es este viernes, y como se lo prometiste por el meñique, no puedes faltar, a menos de que quieras que un niño de cinco te odie—Se acomodó a su lado en el sofá. Tenía mucho que no entraba a esa casa, y para ser sinceros, a él también le daba mucha nostalgia ver todo sin color. Sombrío. Nostálgico. Todo tan…muerto. No era ni será como antes, de eso está seguro.

—Dios, la olvidé por completo—El niño no tenía la culpa de su desgracia, ni tampoco era nadie para darse la libertad de romper promesas, simplemente estaba fuera de su ética—No te preocupes, iré, se lo debo por no verlo desde hace días.

—Igual, no te tienes que forzar a ir. Créeme que si no estas de ánimos, puedo inventar cualquier excusa,—soltó un gran suspiro y continúo—si te soy sincero, la verdadera razón de que estoy aquí es porque quería verte. Me haces falta, ¿sabes? No tener a mi mejor amigo es triste, pero si tu no puedes estar ahí, ¿por qué yo no venir a ti?.

Sus palabras sonaban cálidas, tan sinceras y suplicantes. Minho era honesto, y el lo sabía más que nadie.

》No te voy a obligar a que me soportes aquí, pero quería estar seguro de que por lo menos seguías vivo—Se levantó del sillón decidido de salir, había cumplido su cometido ahí y ya no tenía porque molestar más—Adiós, Hyunjin, espero verte pronto.

Un nuevo lindo pensamiento [Hyunlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora