19| Cita Agridulce

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|Cita Agridulce|

Logan

A Gabe pareció que iba a darle un ataque al corazón.

Lo admito, era gracioso y de igual forma me aborrecía pedirle algo tan...descabellado, fuera de mi radar.

Desde nuestro encontronazo de ayer, me la había pasado fantaseando con él y su polla, así que, tampoco era el único al que le iba a dar un ataque. Se supone que debíamos mantener esto profesional, sin ataduras, pero tal cosa me entraba por un oído y me salía por el otro.

Gabe era la clase de persona con el que tenía que tener cuidado porque era del tipo que se te metía en la piel, marcándote de por vida.

Tal vez era demasiado tarde para pensar en eso, el idiota ya se había colado en mi piel y en mis pantalones. Aún así no lograba comprenderlo, él no jugaba en mis ligas, odiaba su temperamento, sus malos modales y esa boca, por Dios, esa boca sucia e insolente.

—¿Qué tonterías estás diciendo? —por fin reaccionó, sacándome de mis cavilaciones más profundas y oscuras.

—Ya me oíste.

Siguió mirándome como si me hubiera salido una tercera cabeza alienígena.

—Te volviste completamente loco.

—¿Me lo vas a negar?

Asintió, suspicaz.

—Genial. Iré a divertirme con alguien más que no necesite de un exorcismo —sonríe cínico, dando un par de pasos adelante aunque no lo idóneo para huir.

—Más vale que no te atrevas —resolló por mi cinismo, atrapándome del antebrazo.

—¿Quién me lo va a impedir? ¿Tú? —la burla le enervó la sangre, pude notarlo.

—No, pero...

—Entonces no interfieras. Quiero coger y el tipo de allá está disponible —lo corté colecto.

Gabe apretó la mandíbula, escaneándome con los ojos repletos de dagas y la espalda encorvada, tensa.

Sin darle tiempo de replicar me levanté, acomodé mi camisa perfectamente planchada, avancé dos pasos, y digo dos porque al tercero sentí su agarre, regresándome al lugar inicial.

—Basta —gruñó cerca de mí cara—. Deja de joder.

—Créeme, ni siquiera lo estoy intentando.

Reprimí una sonrisa, flotando en un limbo ante lo imponente que se veía delante de mí.

—Dame lo que pedí —insistí, logrando aplacar el bombardeo de mi pecho.

Gabe quedó descolado un instante.

—¿Una cita?

—Si.

—¿Conmigo? —arrugó la nariz.

Exhalé irritado.

Inevitable Odio |BL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora