Inevitable Odio |BL|

02| Un tipo odioso

|Un tipo odioso|

Logan

Mientras terminaba de contar los últimos hallazgos del incidente de hace tres días, Adam, mi chofer, negó con la cabeza dedicándome un gesto desaprobatorio a través del retrovisor.

—Lo expulsaron.

—Ups.

—Lo expulsaron —repitió cuando el peso de la realidad lo golpeó.

Luché por esconder una mueca, pero al final resultó en vano, mi cara se había estropeado con ese toque de vacilación.

—Si lo empleas en ese tono y de esa forma suena lamentable —musité con falsa inocencia.

—Es una noticia lamentable, joven. Su padre, él no estará contento cuando se entere de lo qué pasó —me hizo saber con un deje de preocupación. Pese a la magnitud de sus palabras no había falla en esa lógica.

—Oye, descuida. Lionel no se va a... —me vi con la necesidad de cortar mis propias palabras cuando el nombre de mi padre apareció en la pantalla de mi móvil—. Okay, creo que ya se enteró.

—Se lo dije.

La tensión se asentó en mis hombros luego de reconocer que lo había estropeado a lo grande. Aburrido, recosté mi espalda en el asiento del auto y aflojé la corbata alrededor de mi cuello, ganas no me faltaban de ahorcarme con ella y ahorrar la miseria que pronto iba a padecer.

—Duda existencial —continuó Adam—. ¿Por qué simplemente no se dio de baja? Hubiera resultado mejor.

—Fue una opción. Después la descarté. Necesitaba tener un motivo para evitar que me aceptaran.

—Bueno punto, aunque su padre estará muy enfadado.

—Tarde o temprano entenderá que la Política y Economía no es lo mío —dije en un intento de calmar mis ansias, por supuesto, sin éxito alguno.

—Su familia no aprobará que estudie fotografía. Debe tenerlo en cuenta una vez que recurra a explicarle lo sucedido.

—¿Qué es lo que propones? Necesito un consejo.

—Ignore a su padre y haga su vida como se le venga en gana. Conviértase en fotógrafo. Total, es un adulto que puede tomar sus propias decisiones sin la opinión de terceros. No deje que nadie le arrebate su felicidad. Escójase por encima de todo. Folle, enamórese, cometa errores, supérese y sea libre, pero...viva —citó a toda velocidad que apenas tuve tiempo de procesarlo.

Abrí la boca, expectante. Conocía a Adam hacia casi once años y está era la primera vez que lo oía decir algo con tanta profundidad que tuve la impresión de querer apretarle las mejillas y decirle lo mucho que me caía bien, pero me detuve porque sabía lo sensible que era en temas como tales; probablemente él sería quien acabaría asfixiándome con la corbata y no de la manera que me gustaba.

—A veces te veo y no puedo creer que hecho de ti un rebelde sin causa —sonreí a boca cerrada.

Adam me enseñó el dedo corazón como parte de una confirmación. Sí, había creado a un monstruo sin escrúpulos.

—¿Quiere que le informe a su padre que está todo bajo control? —preguntó.

—No. Solo llévame al aeropuerto —le pedí.

Lo que me esperaba por delante, en mi próximo destino era todo verdadero misterio sin resolver. Conociendo a mi padre y sus influencias haría lo imposible para que regresara y asumiera lo que él deseaba para mí futuro. Su necesidad de convertirme en un empresario exitoso cada vez era más insistente y eso se debía a que su compañía y otros negocios me serian heredados algún día, pero al paso que iba quizá no logaría complacerlo del todo.