Inevitable Odio |BL|

07| Mentiras

|Mentiras|

Logan

—Te metiste con el hijo del rector.

—Sí.

—Mismo que los encontró en pleno acto caótico.

Asentí.

—Quien después tomó represalias en tu contra y terminaste expulsado.

De nuevo moví la cabeza.

—Y, por si fuera poco, tu papá tuvo la desdicha de desheredarte luego de que te negarás en volver a Nueva York.

Su expresión se disfrazó de horror lo que me hizo reír un poco.

—¡Y ahora eres pobre! —estalló.

—Muy bien. Ya entendí, se te da bien atar cabos sueltos —bromeé, cáustico.

Dax empezó a juguetear con la pajilla de su vaso, sorprendido y alterado a partes iguales por la historia que recientemente acababa de contarle con lujos de detalle. Los dos estábamos en un restaurante ambientado en la enigmática época de los cincuenta, sentados en una mesa del fondo, junto a un ventanal con vista al mar.

—Es que... señor, tu vida se asemeja a un drama de televisión. Ni siquiera Gossip Girl se atrevió a tanto —espetó, jovial—. Es decir, cuando aseguraste que te habían desheredado no creí que fuese por meterte con un tío, que encima era del hijo del rector —hizo una pausa mientras acomodaba las piezas del rompecabezas, cuando hicimos contacto visual exclamó para sí mismo—: ¡Tu vida coincide con la de una película!

Recosté mi espalda contra el cuero del sillón y extendí los brazos sobre este, dejando escapar un suspiro desganado.

—Temo decirte que la película es un asco.

—Amigo, es un puto desastre.

—Dudo que las cosas vuelvan a ser como antes —opiné, notando un leve temblor bataneando mis extremidades.

—Conociendo lo obstinado y déspota que es el loco de tu padre, te aseguro que no doblegará su posición hasta cumplir su palabra.

—Lo decepcioné —dictaminé, abatido por la situación—. Me lo merezco.

Dax me miró de soslayo con una ceja arqueada.

—No soy quién para juzgarte, pero creo que sobrepasaste sus límites, ¿qué es lo que esperabas obtener? ¿Un deportivo como regalo? —a juzgar por el tono despectivo de su voz deduje que tampoco estaba orgulloso de mis actos.

—Mínimo.

Él negó rotundamente, imposibilitando la idea de no sonreír ante lo insolente que era. Lo siguiente me causó gracia.

—Cosechas lo que siembras.

—¿Recitando las viejas frases de John? —no pude evitar dejarlo pasar.

—Se la vive repitiéndolo todo el tiempo, en especial, cuando la cagamos. Me traumó —rodó los ojos.

John era el mejor amigo de Vinny. Al principio me resultaba extraño que un hombre mayor congeniara tan bien con un chico que le restaba años. Inclusive, según lo que recordaba John había sido ese casi "algo" de Amanda, la madre de Dax y Vinny. De no ser por el abusivo de Thomas y su necesidad de quedarse a toda costa con ella habrían desarrollado su historia. Sin embargo, si Thomas no hubiese conocido a Amanda no estaría hablando con Dax en estos momentos.

De hecho, me abstuve de preguntarle por Thomas ya que sabía de antemano lo mucho que le desagradaba el rumbo al que se dirigía la conversación una vez que lo mencionaban. Era como su talón de Aquiles. Y no lo reñía. Vivir durante todo su crecimiento a base de maltratos y abusos psicológicos habían provocado que surgiera un sentimiento de rechazo hacía él.