Last Waltz [Newjeans]

XII

Se fue inmediatamente del hospital psiquiátrico. No se despidió de nadie, ni siquiera escribió una carta. Tan solo se fue mientras las otras miembros del grupo se bañaban por las largas horas de ensayos. Hyein no quería que sufrieran su despedida, ya había notado lo enojada que estaba Minji y lo triste que estaba todas con Haerin. No quería que su despedida sea dolorosa, ya lo era para ella. Sin embargo, no quería quedarse, tenía que volver a la realidad y antes de ir a la empresa de entretenimiento, buscar donde podría encajar.

Danielle se tiró a la cama, sus músculos dolían, pero no se quejaba. Con Super Shy, OMG y Hype Boy en su mente, sentía que podía conquistar todo el mundo. Eran canciones con la calidad superior que el resto del grupo de Kpop, pensaba. Luego del concierto iban a dominar los rankings nacionales e internacionales. Luego de todo, serían tan famosas que podrían presentar hasta en el Super Bowl y en el mundial. Sería tan famosa que hasta los recién nacidos la reconocerían en la calle.

Minji estaba sentada en su cama, secándose el cabello con la toalla. Hanni ya se encontraba dormida boca abajo. Su mente no estaba mucho más cuerdo que la de Dani. Se imaginaba en el escenario, todos gritando sus nombres, todos cantaban sus canciones y las apoyaban. Rio al darse cuenta de que Danielle le estaba lavando el cerebro ¿Le pasaría lo mismo a Haerin y a Hyein? Miró la cama de la menor y su sonrisa se fue al darse cuenta de que no estaban sus cosas.

—Se fue—soltó con dolor y Danielle miró la cama ordenada de Hyein.

—Solo se fue de vacaciones—dijo Danielle, que se levantó para salir de la habitación y pedirle detalles al manager.

Minji solo soltó un suspiro, tiró la toalla y se fue acostar junto a Hanni. Esperaba que ella nunca la dejaría. La abrazó y Hanni se acomodó entre sus brazos. Había escuchado a Minji. Ella tampoco quería que se fuera Minji y comenzó a llorar en su pecho mientras escuchaba Minji sollozar.

Soy un teléfono, no dejaba de pensar. No dejaré de serlo, se repetía una y otra vez. No quiero mejorar. Pensó con dolor, pero ya sabía que estaba lista para irse. Lo sabía desde qué soltó la primera lágrima ese día. No era un teléfono, era una más. Era una humana que era parte de NewJeans.

Se negaría con todas sus fuerzas a que el resto se entere de que no es un teléfono. Sin embargo, Minji ya lo sabía. Sabía que podía irse aún siendo un teléfono. Eso era suficiente para poder vivir entre las calles con constantes consultas con Seulgi. Pero no la solitaria. Se negaba a hacerlo. No quería que se fuera esa chica que se convirtió en una manta solo para abrazarla. Tampoco la que bailaba con una sonrisa a su lado.

Podían presentar siendo tres. Podían presentar y las dos fingir que seguían mal para que NewJeans nunca dejara de existir. Hanni se negaba a soltar a la única persona que nunca la trató como un objeto, para Minji siempre fue una humana.

Cerró con los ojos con más fuerza. Para su madre siempre fue tan solo un reloj y un recordatorio "¿Qué hora es?" "Luego acuérdate de ir a buscar a tu hermano". Para su padre tan solo era un mueble, que agarraba sus herramientas. Para su hermano menor tan solo era un juguete que le tiraba el cabello y rayaba. Para sus compañeros del colegio tan solo era una sirvienta, para sus profesores también lo era "Has esto" "Corrige esto" "Entrega los exámenes" "Dile al profesor esto"

Se negaba a dejar de ser Hanni, que es el nombre que le dio Danielle al conocerla. No quería volver a ser, ni quería pensar en su verdadero nombre.

Su llegada al hospital fue muy distintas al del resto, nadie la trajo, llegó sola y totalmente consciente. Sabía que necesitaba ayuda, le urgía ser ayudada y salir de su mundo. Un día Seulgi abrió la puerta del hospital psiquiátrico y la encontró tiesa al frente. Su cara estaba rayada por su hermano y aún llevaba el uniforme del colegio, junto con los papeles que el profesor la mandó a buscar.