"Cuando estoy contigo no le tengo miedo a nada"
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Ya una semana entera había pasado, ¿lo raro? es que a la pareja de nuevos enamorados se le pasó como dos días.
Tanto Hyunjin como Jeongin podrían considerar esa semana como la mejor de sus vidas, ambos sintieron una inmensa felicidad, una incomparable a cualquier otra que hayan llegado a sentir en todas sus vidas.
Ya estaban a finales de abril, y como cualquier otra semana del mes, los chicos asistirían a sus clases normales.
La casa de Jeongin se sentía un tanto vacía, pues Jeonghyun había partido hace ya dos días al estado de Tennessee para su partido de fútbol amistoso, así que la ausencia de su hermanito corriendo de acá para allá y siendo su mayor apoyo realmente se hacía notar
La señora Yang seguía siendo su mismo ser normal, o por lo menos lo que Jeongin conocía como "una mamá normal"
El despertador de Jeongin sonó a su hora usual, y por alguna razón ese martes 23 de abril se le hizo más difícil despertarse que los otros días
Tal vez porque, desde que su relación con Hyunjin se oficializó, su insomnio recurrente había prácticamente desaparecido
Luego de darse un baño para despertar su mente y continuar a vestirse con tranquilidad, bajó las escaleras y se dirigió a la mesa del comedor, en donde ya se encontraba la comida servida
Como era de costumbre, el señor Yang ya se había ido al trabajo, y como Jeonghyun estaba ausente, el desayuno consistiría de Jeongin acompañado únicamente por la presencia de la señora Yang
Fue un desayuno silencioso, en el que ninguno realmente quería abrir su boca para decir algo; aún así, Jeongin notó algo, algo raro
Últimamente se la había pasado estudiando los gestos corporales de la señora Yang en relación a él y a otras personas que rodean su círculo social
Jeongin no podía descifrar en su mente el que, pero, definitivamente algo había cambiado
Una vez terminó de comer, recogió su plato y lo lavó, para dirigirse a su cuarto y terminar de arreglarse
Por alguna razón, su mente no podía dejar de pensar en el tan "insignificante" detalle que había notado durante el desayuno, intentó distraerse, pero no pudo
Unos minutos después, su uber ya se encontraba llegando a las puertas principales de la universidad. Una vez el conductor bajó la velocidad y paró, Jeongin se bajó del vehículo, no sin antes pagar y agradecerle al conductor
Una vez entró por las puertas de la vacía universidad, se encontró con esa cara que ahora estaba ahí siempre para esperarlo
