Narra Clara
–Vos sos consciente de lo que me estás diciendo?– estaba anonadada por lo que Martu me había propuesto.
–Escuchame una cosa– dijo medio encascada mientras se arrodillaba en frente mío agarrándome las rodillas para que razone mejor– Si vos no lo llamas, vamos a ir para allá, te quedas a vivir con el y listo, así de simple.–
La noticia de la propuesta que me iba hacer Blas me dejó bastante dada vuelta.
No lo podía creer.
Algo me decía que tenía que llamarlo, el error vino de ambas partes, los dos nos fuimos al carajo.–Vos elegís si ir atrás del chabon que amas, o quedarte acá haciendo nada. Decidité Bianca.– Se enojó, totalmente entendible. Hasta mí segundo nombre dijo.
–Bueno, calma, vamos a hablar tranquilas.–
–Clara tenés que volver, sino vas conmigo no vuelvo. Bah, no literalmente, porque pierdo el laburo, pero vos me entendiste.–dijo haciéndome reír.
–Quiero ir, no es que no, pero acordate que tengo 17, no pued- – me interrumpió rápidamente –Si que podés, eso se puede arreglar, así que ya mismo la llamas a tu mamá y le contás.
Medio dudosa llame a mí vieja, tenía un cagazoooo.
–Que pasó mis amores, quieren algo para comer?– Tan dulce Andrea, cómo siempre.
Mar y yo la mirábamos expectantes.
La hice corta.– Mami, me dejas ir a vivir España con Blas? –Parece por su cara que la tome bastante por sorpresa. Parecía estarlo pensando, estuvo cinco minutos parada mirando a la nada mientras que se sentaba en la silla de mí escritorio. Un miedo de que le baje la presión a la vieja.–Te acordas lo que te conté? Lo que pasó con Blas. La discusión, bueno, una amiga nuestra nos dijo que escuchó a Blas llorando diciendo que iba a pedirme vivir con el... por favor déjame ir–
–Anda, pero con dos condiciones. Primero, no te embaraces, y segundo, no dejes la carrera.– su semblante serio había desaparecido.
–Que?– dura estoy
–Ya sos capaz de tomar tus propias decisiones, no te puedo tener encerrada acá toda la vida. Anda, yo después hablo con tu papá. Ya sacaste el pasaje?–
–No...– mí cara no tenía explicación, tenía la boca abierta y los ojos idos, parecía que me iba a bajar la presión a mí y no a ella.
–Señora, si quiere yo me puedo hacer cargo de Clara, porque es menor...–dijo Mar.
–Dale, saquen el pasaje, mientras yo hablo con tu padre.– Antes de salir de mí habitación nos dió un beso en la frente a las dos.
Luego de unas horas ya teníamos el pasaje, me iba con Martu el miércoles, estábamos a domingo.