𝟏𝟕

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LO PRIMERO QUE VIO ALBA CUANDOabrió los ojos fueron los orbes marrones de su amigo observándola curiosamente

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LO PRIMERO QUE VIO ALBA CUANDO
abrió los ojos fueron los orbes marrones de su amigo observándola curiosamente.

―Te despertaste.―Sonrió levantándose de la cama.―Menos mal, porque estoy cagado de hambre.

―Hola Titi.―Se refregó los ojos.―Hubieras ido a comer algo si tenías hambre.

―Te estaba esperando a vos.―Dirigió su mirada al pelo de su amiga.―Estas linda así despeinada.―Ella se puso rosa, no llegando a estar completamente colorada.―Aunque parezca un nido de pájaros.

―Bueno gracias.―Evito mirarlo a los ojos.―Me preparó y bajo.―El asintió y se fue corriendo escaleras abajo.

Alba se terminó de asear, lo último que le quedaba era su pelo. Lo que le dijo su amigo seguía rondando en su mente pero optó por ignorarlos.

Se hizo una media colita y bajó las escaleras, con el peluche que Matias le había regalado en mano.

―¿Y la tía Su?.―Preguntó al darse cuenta de la ausencia de la mujer.

El chasqueo la lengua.―Se fue con mi viejo a boludear un rato supongo.―Tomó el mate.―¿Queres pitusas?.

Alba asintió rápidamente mientras se sentaba en una silla.―¿Te diste cuenta que desde que nos conocimos lo único que comemos son pitusas?.

―Si.―Se sentó en frente de ella mientras abría el paquete de galletitas.―Te voy a contar algo y espero que no te rías.―Si bien el perfectamente sabía que la pelirroja no se iba a reír necesitaba asegurarse.―Cuando dejamos de ser amigos yo deje de comer pitusas.―Miro su mate.―No podía comerlas, me hacían acordar a vos.

―Eso te lo hubieras ahorrado si intentabas hablar las cosas.

―Que gila que sos Albita.―Hizo un bollito con el papel de cocina y se lo tiro en la cara.―Ni algo lindo se te puede decir.

―Eso no es lindo bobo, es triste.

―Para mi es lindo.―Levantó los hombros.

El desayuno transcurrió en silencio, habían extrañado la compañía del otro.

Matias interrumpió su momento de paz.―¿Salimos a la noche?.―Se comió la última pitusa sin que ella se diera cuenta.―Pero sin el gallina de mierda de Felipe.

―Bueno.―Rodó los ojos cuando se acordó de la manera en la que su amigo llamó a su ex novio.―Tene cuidado que yo también soy de river Matias.

―Pero de vos no me molesta, te queda pintada esa camiseta.―Alba se puso colorada, no entendía que le estaba pasando a su amigo.―Aunque mejor te quedaría la de boca.

𝐓𝐔𝐒 𝐎𝐉𝐎𝐒; 𝗺𝗮𝘁𝗶𝗮𝘀 𝗿𝗲𝗰𝗮𝗹𝘁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora