XII. business

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☞︎ parte uno: CAPÍTULO DOCE☜︎
negocios

(Imagínense un gif )
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POR ALGUNA RAZÓN, AÚN EN EL MALDITO VANILLA UNICORN

—¿Entonces... esto es lo que comen todos los días y mantienen esas figuras? —Preguntó Madeline masticando el último trozo que quedaba de su Sándwich.

Roxane y Cassie asintieron.

—Bueno, algunas veces es lo único que comemos en todo el día, depende de la demanda de la clientela. –Respondió Roxane.

—De la nada se me quitó el hambre — soltó Taylor fingiendo derramar unas lagrimas y secarlas.

—¡Oh, vamos! rubia — llamó su atención Cassie— el amigo del jefe babeaba por ti, tienes un cuerpo excelente y ese trasero no es de por aquí.

Taylor intentó controlar sus nervios pero sus mejillas instantáneamente se pusieron rojas y su cara comenzó a arder.

—Bueno qué te digo, es el encanto italiano —Guinó Taylor hacia las chicas que reían terminando de almorzar.

Mad soltó una risa mientras masticaba su comida pero al mismo tiempo notaba la rojez en el rostro de su prima, ¿qué carajos pasaba? ¿pasaba algo con el viejo gangster?.

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EN ALGÚN LUGAR DE LOS SANTOS

—Por la puta milésima vez Trevor, ¡no las llevaremos a vivir a un tanque abandonado a las orillas de la playa! —Michael maneja por el vecindario Strawberry.

Trevor quien iba en la parte de atrás frunció el ceño y cruzó los brazos resignado, Franklin soltó una carcajada enorme.

—¿Te parezco chistoso, hombre de chocolate?

Escupió Trevor al copiloto.

—Relájate T, ninguno de los dos, las conoce bien.

Michael miró fugazmente al chico y apretó las manos en el volante antes de preguntar:

—Explícate bien, Frank, no hay tiempo de acertijos.

Franklin sonrió —Bueno pues... Trevor al parecer las quiere muertas de tétanos en una caja de metal gigante abandonada a la orilla del mar —Trevor alzó los hombros restando importancia, él sabía que su lugar sugerido era genial —Y tú buscas una casa en Strawberry, ¿En serio?

—¡Aquí solías vivir tú, es un gran lugar!

—Oh Hombre, caminas a los límites y ya tienes una bala en la cabeza y con las bocas irreverentes de esas dos, créeme que las pandillas no tendrán piedad —Franklin imaginó todos los escenarios que podían ocurrir con sus ahora "nuevas amigas" y no pintaba a ser una buena opción.

—¿Qué propones chico?

—Si, di que tienes en mente 50 cent.

Franklin observaba el paisaje desde el asiento del copiloto, su mirada fija en la carretera mientras el vehículo avanzaba a gran velocidad por las sinuosas curvas que los alejaban del centro de Los Santos. Estaba concentrado, pero de vez en cuando se giraba para mirar a Michael, quien estaba al volante, y a Trevor, sentado en el asiento trasero, inmerso en sus pensamientos. Sabía que tenía que guiarlos hasta el lugar que había elegido, aunque la discusión en el vehículo no ayudaba mucho.

–Recuerdo haber visto una casa vieja a las afueras de Paleto. –Habló Franklin, intentando recordar con precisión la ubicación de lo que él recordaba era una acogedora y vieja casa.

 𝐎𝐕𝐄𝐑 𝐏𝐑𝐎𝐓𝐄𝐂𝐓𝐄𝐃 ✞ 𝑴𝒊𝒄𝒉𝒂𝒆𝒍 𝑫𝒆 𝑺𝒂𝒏𝒕𝒂 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora