Luis yacía en la cama del hospital, con varios cables y monitores conectados a su cuerpo. La habitación estaba en silencio, solo interrumpido por el sonido de los monitores y la respiración débil de Luis.
Mario y Gustavo estaban sentados en la sala de espera del hospital, ambos preocupados. Gustavo sentía decepción hacia su tío.
—¿Quién es el que le disparó a Luis?, tío. —le preguntó Gustavo con los ojos llenos de lágrimas y la voz temblando.
—Vladimir, ese tipo no tiene escrúpulos —respondió Mario con voz baja y débil.
Gustavo se levantó de su asiento, su rostro enrojecido por la ira y la decepción.
—¿Y vos si? —gritó—. ¡No me jodas, me engañaste para que me lleven a ese lugar y también a Santi! ¡Y no solo eso, violaste a la mamá de Luis!
Mario se puso de pie, con las manos levantadas en un gesto defensivo.
—No, eso último no es verdad —protestó.
Gustavo se acercó a su tío, su voz llena de veneno.
—¡Cállate! —gritó—. ¡Ya no te creo nada! ¡Eras mi idolo y me traicionaste! ¡Pensé que eras diferente a mi padre, pero sos la misma mierda!
Mario intentó acercarse a su sobrino, pero Gustavo lo rechazó con un gesto brusco.
—Topito... —dijo Mario con una voz llena de tristeza y desesperación por haberle fallado a su sobrino, y su voz se quebró al pronunciar su nombre.
—¡No me digas Topito! —gritó Gustavo, su voz llena de rabia, decepción y un profundo dolor—. ¡No me hables más en tu puta vida!
Gustavo dio media vuelta y se fue, dejando a Mario solo y devastado.
—Desgraciado Fagúndez —murmuró Mario, su voz llena de bronca y resentimiento—. Esto es por tu culpa... —su mirada se endureció, reflejando la rabia y el odio que sentía hacia su jefe.
Gustavo salió del hospital con una mezcla de emociones: tristeza, rabia y decepción. Mientras caminaba hacia la salida, miraba para todos lados sin prestar atención a nada en particular. Y justo en ese momento, su mirada se cruzó con la figura de Roberto, parado a unos metros de distancia. De repente, se le llenaron los ojos de lágrimas y una oleada de emoción lo invadió, haciendo que su respiración se entrecortara.
—¡Rober! —Gustavo corrió hacia él, con lágrimas en los ojos, y lo abrazó con desesperación—. Rober, te necesito —suplicó, su voz temblando de emoción.
—¿Para qué? —fue la respuesta de Roberto, su tono de voz glacial.
Gustavo se separó un poco, buscando comprensión en el rostro de su pareja.
—Por lo de mi tío... por lo que pasó... no lo puedo creer, lo desconozco —confesó Gustavo, su voz quebrada por la angustia.
—Ya cállate, estoy harto de tu victimismo —espetó, su voz cortante.
Gustavo se sintió como si hubiera recibido un golpe en el estómago. Su pareja, la persona en quien más confiaba, lo estaba rechazando en su momento de mayor necesidad.
—¿Cómo dices? —preguntó Gustavo, su voz llena de sorpresa y dolor.
—¿Sos sordo o te haces? —espetó Roberto, su voz llena de irritación y frustración, mientras se cruzaba de brazos y fruncía el ceño.
Gustavo se sintió herido por las palabras de Roberto y se alejó un poco, su mirada llena de dolor y confusión.
—No, solo que no entiendo por qué me hablas así —dijo, su voz temblando ligeramente.
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El Barrio de Nos
FanfictionEs un barrio que viven los del Cuarteto junto con personajes de sus temas,acá no hay giras ni nada,son 7 amigos que vivirán aventuras y confrontarán problemas,tendrán entre 18 y 24 años,¿qué pasará?