Ya había pasado tiempo desde que Emilio fue encarcelado, y Gustavo podía sentir finalmente la libertad que había anhelado durante años. La pesada carga de la opresión y el miedo había desaparecido, reemplazada por una sensación de alivio y felicidad.
Gustavo sonreía mientras cuidaba el bonsái con Roberto, su pareja. Juntos, regaban las hojas delicadas y podaban las ramas para mantener la forma perfecta. Era un momento de paz y tranquilidad, lejos del caos y la violencia que había marcado su infancia.
Después de terminar con el árbol, Topo y Rober decidieron salir a comer afuera. Caminaron de la mano por las calles empedradas, disfrutando del sol cálido y la brisa fresca. Se rieron y hablaron, compartiendo historias y planes para el futuro.
Gustavo se sentía completo, como si hubiera hallado su lugar en el mundo. La libertad y la felicidad que compartía con Roberto eran todo lo que había estado buscando durante tanto tiempo. Y mientras miraba a su pareja, supo que nunca volvería a estar solo.
—Gracias por hacerme la persona más feliz del mundo, Rober —dijo Gustavo, abrazándolo con fuerza y luego mirarlo con ojos brillantes de emoción.
—Lo mismo digo, Topito —respondió Roberto, sonriendo y devolviendo el abrazo. Sin embargo, por dentro, todavía sentía una voz que le decía que no merecía la felicidad que Gustavo le brindaba. La inseguridad y la duda seguían acechando en su mente, como una sombra que no podía sacudirse.
—¿Vemos una película? —preguntó Gustavo, rompiendo el silencio y sacando a Roberto de sus pensamientos.
—Sí, claro —respondió, asintiendo con la cabeza. —Voy a regar el bonsái mientras vos pones la película.
Gustavo sonrió y le hizo una sonrisa amistosa a su pareja.
—Sos hermoso, Topo —dijo, con una voz suave y llena de cariño.
—Voy a poner la película —dijo Gustavo, con una voz suave y un tono de vergüenza, mientras se ruborizaba ligeramente al recordar el cumplido que Roberto le había hecho momentos antes.
El dueño del hogar se pone a regar el bonsái con movimientos suaves y precisos, disfrutando del sonido del agua que cae sobre las hojas delicadas. De repente, escucha un sollozo proveniente del salón y se detiene en seco, con el regador suspendido en el aire. Su corazón late con preocupación mientras se vuelve para ver a Gustavo sentado en el sillón azul, con la cabeza entre las manos y los hombros sacudidos por los sollozos.
—Topo, ¿qué te pasa? —pregunta Roberto, dejando el regador en el suelo y acercándose a Gustavo con pasos rápidos y preocupados.
Gustavo levanta la cabeza, con los ojos enrojecidos y llenos de lágrimas.
—El chico de la película me representa —dice con voz temblorosa, mientras se seca los mocos con un pañuelo de papel.
Roberto lo mira con ojos llenos de empatía y comprensión, y se acerca más a él, hasta que sus frentes se tocan.
—El chico es homosexual y su familia es muy religiosa y más su madre que no lo acepta—Su voz se llena de tristeza y su mirada se dirige hacia abajo.
—¿Cómo se llama la película? —preguntó sentándose al lado de él.
—Plegarias por Bobby, es de un caso real.—Su voz es apenas audible y su rostro se contorsiona de dolor y tristeza—. Me hace acordar a mi padre.—Su voz se quiebra de emoción, y su cuerpo se sacude con un sollozo.
Su acompañante hace un suspiro pesado.
—No te acuerdes de ese tipo. —le sugiere Rober, le agarra la cabeza y le da un beso en la sien.
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El Barrio de Nos
Fiksi PenggemarEs un barrio que viven los del Cuarteto junto con personajes de sus temas,acá no hay giras ni nada,son 7 amigos que vivirán aventuras y confrontarán problemas,tendrán entre 18 y 24 años,¿qué pasará?