PROWLER

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En un mundo postapocalíptico desolado por la devastación, Gregory vagaba entre las ruinas de un antiguo centro comercial, convencido de que era el último ser humano en pie. Desconfiado y solitario, había aprendido a confiar solo en sí mismo para sobrevivir. Mientras exploraba las estanterías vacías y las ventanas rotas, escuchó un ligero murmullo, lo que le hizo detenerse en seco.

Con cautela, Gregory se acercó a la fuente del sonido y se encontró con Evan, un chico que antes de la catástrofe había sido tímido, pero que ahora se había convertido en un superviviente experto. Evan estaba revisando los restos de una tienda abandonada en busca de suministros.

Al principio, Gregory se mantuvo distante, con su desconfianza habitual, pero la necesidad de compañía y la curiosidad sobre cómo Evan había sobrevivido le llevaron a entablar conversación. Con el tiempo, descubrieron que compartían experiencias similares de lucha y pérdida en un mundo despiadado.

A medida que pasaban más tiempo juntos, Gregory comenzó a bajar la guardia y a confiar en Evan. Juntos, formaron una alianza para enfrentarse a los peligros del mundo postapocalíptico, compartiendo conocimientos y habilidades para sobrevivir.

Con el tiempo, la amistad entre Gregory y Evan se fortaleció, convirtiéndose en una fuente de apoyo mutuo en un mundo donde la esperanza era escasa.

Se habían unido para sobrevivir a ese mundo tan gris.

Mientras Gregory y Evan exploraban en busca de suministros en una de sus excursiones habituales, algo en el ambiente parecía diferente. El sol brillaba más suavemente entre los escombros y el viento soplaba con una calma reconfortante. En medio de la tensión constante de su vida postapocalíptica, ambos se encontraron compartiendo risas y sonrisas más fácilmente.

Durante su búsqueda, se encontraron en situaciones que fomentaban la complicidad y la intimidad. Compartieron momentos de cercanía mientras se ayudaban mutuamente a sortear obstáculos y peligros. Evan sostenía la mano de Gregory para guiarlo a través de un terreno difícil, y Gregory devolvía la gentileza, protegiendo a Evan de cualquier amenaza que pudiera surgir.

En una pausa tranquila, sentados junto a un pequeño fuego improvisado, compartieron historias íntimas sobre sus vidas antes del desastre, revelando sus sueños, esperanzas y miedos más profundos. La vulnerabilidad compartida los unió aún más, creando un vínculo emocional que trascendía las circunstancias adversas que los rodeaban.

A medida que caía la noche, el cielo se iluminaba con un brillo de estrellas, y ambos se encontraron mirándose fijamente, con una chispa de reconocimiento y afecto en sus ojos. En un momento de valentía, Gregory tomó la mano de Evan y, con un susurro apenas audible, expresó lo agradecido que estaba por tenerlo a su lado en aquel mundo desolado.

Evan respondió con una sonrisa cálida y un suave apretón de manos, confirmando los sentimientos que habían estado creciendo en su corazón. En ese momento, en medio de la oscuridad y la incertidumbre, encontraron un rayo de esperanza en el amor mutuo que habían descubierto entre los escombros de un mundo que se desmoronaba a su alrededor.

Entonces, ambos chicos, debido a la tensión del ambiente y a la notoria falta de contacto humano; decidieron empezar a salir juntos. Tenían una relación bastante curiosa, pero que para la época que estaban viviendo, era lo más normal posible.

A medida que su relación romántica se desarrollaba en el mundo postapocalíptico, Gregory y Evan se enfrentaban a desafíos únicos que complicaban su conexión. La escasez de recursos y la constante lucha por la supervivencia a menudo ponían a prueba su paciencia y afecto el uno por el otro.

Sus momentos de intimidad se veían interrumpidos por la necesidad de mantenerse alerta ante posibles peligros que acechaban en cada esquina. Los gestos de cariño eran fugaces y muchas veces acompañados por la preocupación por el mañana.

Las conversaciones sobre el futuro eran difíciles, ya que la incertidumbre sobre lo que les deparaba el destino pesaba sobre sus corazones. Se preguntaban si algún día podrían encontrar un lugar seguro para establecerse juntos, o si el caos del mundo exterior siempre los perseguiría.

A pesar de todo, su amor resistía las adversidades, encontrando fuerza en la mutua dependencia y en el apoyo emocional que se brindaban el uno al otro. En los momentos de desesperación, eran el ancla que mantenía a flote su esperanza.

Su relación era única y, en cierto sentido, extraña, moldeada por las circunstancias extraordinarias en las que se encontraban. Pero en medio del caos y la desolación, encontraron consuelo y alegría en el amor que compartían, recordándose mutuamente que, incluso en el peor de los mundos, el amor podía florecer.

One Shots (Gregory x Evan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora