Capítulo 4

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Nueva Orleans 1930

¿Cuánto tiempo había pasado? No lo sabías, pero te alegraba que el siguiera ahí, contigo...a tu lado.
Ya eran fechas festivas, específicamente navidad, habían pasado algunos meses desde el accidente que tuviste, ¿Tuviste secuelas? Si, unas cuantas, ahora Alastor va por ti al trabajo para que no regreses sola, habías tenido un poco de pavor salir o irte sola a tu casa, así que Alastor se ofreció para acompañarte mientras tratabas de acostumbrarte a tu antigua rutina, y eso de acompañarte se hizo costumbre, aunque ya no necesitabas que el fuera por ti el lo hacía por gusto, quería estar más tiempo contigo, ¿Por qué? Ni el lo sabe, su mente está confusa.

-Insisto Al-Le hablaste mencionando el apodo cariñoso que le pusiste desde aquel día-Ya no tienes por qué acompañarme-Sonríes nerviosa mientras el suelta una pequeña risa enternecida-

-Para mí no es molestia querida-Acomoda sus lentes-Es un gusto pasar aunque sea un rato contigo-

Tu solo te quedaste en silencio y un sonrojo se postró en tu rostro para después brindarle una cálida sonrisa. Tu corazón estaba palpitando muy fuerte, casi podías escucharlo, siempre pasaba cuando el decía algo cariñoso, o cuando el era simplemente el, todavía no te acostumbras a este nuevo sentimiento que pensabas jamás ibas a sentir.

-¿Todo bien linda?-Pregunto el de tez morena-

--Tu lo miraste confundida saliendo de tus pensamientos para después percatarse de que ya habías llegado a tu humilde hogar-Ah si, lo siento-Ries nerviosa-Gracias de nuevo por traerme Al.

-Es un placer querida-Toma tu mano y deja un suave beso como de costumbre-Estaré aquí a la misma hora mañana linda-

Ya te dije Al, no es necesario que me acompañes ya-Tu solo sonreíste incrédula-Ya no tengo miedo de salir sola-

-El joven solo te observo sonriente como siempre y movió suavemente la cabeza como de desaprobación-Nunca se sabe que puede pasar querida, más vale prevenir que lamentar-

Si claro, puede ser peligroso que un asesino me siga, no?-Ambos rieron ante tu respuesta-

Jajaja bueno querida, tengo que retirarme, tengo que llegar temprano a la estación-El joven se despidió y tú le devolviste el gesto para después ver cómo se retiraba y desaparecía en una esquina a la que dio vuelta-

Suspiraste, pero no era un suspiro de cansancio, no, era uno de amor, ¿Hay algo que no pueda hacer ese hombre? Entraste a tu hogar el cual te recibió con un ambiente frío, fuiste a tu chimenea para colocar unas maderas con un poco de carbón para después prenderla, te quedaste viendo el fuego por unos momentos y recordaste que en unos días sería navidad, ¿Cuál sería el regalo perfecto para Al? Pensaste y pensaste durante toda esa tarde, estabas en el sofá escuchando como siempre tu estación de radio favorita mientras leías un libro y tomabas un poco de te acompañado de una pequeña rebanada de pastel que compraste el día anterior. Mientras escuchabas y leías atenta abriste los ojos de sorpresa ante lo que decía Alastor en la radio.

'Bien damas y caballeros, para finalizar con esta última transmisión de la semana quiero dedicarle esta canción a una amiga un poco peculiar pero que es la mujer más linda y amable que conozco'

«Lo más probable es que hable de otra mujer» Pensaste, tomaste tu taza para darle un sorbo y casi lo escupes cuando escuchaste tu canción favorita en la radio, bien, esa canción era obviamente para ti. Hace unos días le mencionaste a Alastor tu canción favorita pero no pensaste que la pondría al aire, sonreíste embobada ante tal acción y suspiraste por...quinta o décima vez en el día, ese hombre te robaba muchos suspiros.
Al terminar la canción escuchaste la típica despedida del moreno y cuando dejo de escucharse su voz te levantaste para darte una cálida ducha, mañana sería tu día libre así que aprovecharías para buscar el regalo que le darías a Alastor.

| En Otra Vida | Alastor x _____ | By: k.catDonde viven las historias. Descúbrelo ahora