XVI. FANTASMA

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Hablábamos tanto de las despedidas,

que llenaste de ellas una gran maleta,

cargada de susurros tristes, nos

tiraste a la calle como dos objetos

ya olvidados, donde

abrace lo poco que en ella cabía.

Intente tocarte,

Pero ya estabas demasiado lejos,

tan lejos, como un eco lejano en el viento,

como nuestras manos la una de la otra,

como esos planes en

lo que yo ya no cabía,

tan lejos, como el futuro que ya se me hacia

imposible, como la luna distante

en la noche,

tan lejos, como esa cama que nos

vio enamorarnos en tiempos que

ya no son eternos,

como aquellos lugares donde

nos quisimos, fuiste un sueño

efímero, entre mis dedos deshecho.

No podía pisar estos lugares compartidos,

Contigo, donde mi corazón se ha ido deshaciendo.

Hui, busqué refugio,

pero no tenia la fuerza para

dejarte ir, tu recuerdo era un

niño que iba agarrado a mi espalda

y en las noches sus gritos me decían

lo mucho que te necesitaba.

Camine por calles desconocidas,

entre rincones te seguí esperando,

la gente veía tu nombre en mi

pena y entre susurros

deseaban mi libertad,

en la penumbra de esta ausencia,

mis manos buscaban tu calor perdido.

Intente encontrar el rastro de tu

esencia, en cada calle,

en cada rincón, en cada esquina de

todos los lugares donde estuvimos,

pero solo encontré la presencia,

de un amor que ya no podía habitar.

Me di cuenta,

que era un fantasma

pidiendo flores a alguien que

solo las dejaba marchitar.

Entre Café y lagrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora