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Pipp se dirigía a la estación para ver a su novio cuando un pequeño grupo de tres niñas que conocía impidió su paso.
—Pipp, ¿podrías cantar tu última canción por favooor?—una de ellas pidió mientras todas la grababan.
—¡Por supuesto!—aceptó feliz.
Extendió sus alas para volar y levantarse del suelo mientras cantaba una parte de su canción. Estaba siendo un éxito y no era la primera vez que le pedían cantarla, por lo que llamó aún más la atención de quienes estaban cerca, incluido un cierto sheriff que estaba saliendo de su estación junto a Sprout.
—Agh, ¿tiene que cantar todo el tiempo?—preguntó el rubio con molestia.
Hitch no respondió, solo se quedó mirando a la princesa embobado, y comenzó a acercarse a ella.
—¡Oye, yo también puedo cantar!—exclamó tratando de detenerlo. Intentó cantar pero se trabó y tosió. —Meh, demasiado esfuerzo. —se dio media vuelta y continuó con su camino.
Cuando Pipp terminó de cantar, la inundaron cientos de aplausos, o golpes al suelo con sus cascos más bien, de los ponys a su alrededor, a quienes agradeció bajando al suelo luciendo una flamante sonrisa que se convirtió en una nerviosa al ver que uno de sus espectadores era Hitch.
Ahí estaba otra vez, mirándola de una forma tan linda que la hacía sentir tímida y feliz. Solo él había sido capaz de hacerla sentir de esa manera, y antes de que iniciaran una relación, se preguntaba por qué de eso cuando se dio cuenta de que él la solía mirar de forma distinta cuando estaban juntos.
Al menos esta vez supuso que era porque estaba cantando, aunque no solo la miraba así cuando cantaba.
De manera sorpresiva, quien tendría la respuesta sería la Reina Haven, en una ocasión cuando la sorprendió en Mane Melody para un tratamiento cuando él estaba de visita, y en esos pocos minutos en que le pidió a su madre que esperara en lo que Sparky terminaba de prepararse para irse luego de su cuidado, notó la actitud de Hitch hacia su hija y, por supuesto, la forma en que la miraba.
—Perdón por hacerte esperar mamá, ya le pedí a Jazz y Rocky que vayan por el resto de las cosas para darle brillo a tu melena. —sonrió haciendo girar uno de los botes de sus productos.
Su madre fijó su vista en su hija y sin perder el tiempo preguntó:
—Pipp, ¿Hitch es tu novio?
—¿¡Qué!?—exclamó dejando caer las cosas que cargaba mientras volaba. Miró a su madre con los ojos muy abiertos, como si acabase de ver algo aterrador.
—¿Lo es?—cuestionó sin tapujos.
—¡C-Claro que no! Somos amigos. —titubeó nerviosa. Se apresuró a levantar las cosas que dejo caer tratando de evitar la mirada de la mayor.
