PITCH ZONE

✨Memorias

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Memorias

Hitch caminaba lentamente hacia su cama, sosteniendo una caja que había encontrado en su armario. Estaba llena de fotos: algunas amarillentas por el paso del tiempo, otras descoloridas, pero todas cargadas de recuerdos. Con una sonrisa, comenzó a hojearlas, reviviendo momentos con su familia y amigas, recordando su niñez y juventud.

Sin embargo, al fondo de la caja algo captó su atención: una serie de fotos donde aparecía junto a una pony que reconoció de inmediato, haciendo que su corazón diera un vuelco. Pipp Petals.

Todavía recordaba la primera vez que la vio en Altos de Céfiro, cuando fue a buscar a Sunny. Allí estaba ella, cantando y bailando con sus alas extendidas al viento, dejando que su voz llenara el lugar. Su melodía lo había cautivado, como si cada nota tocara algo profundo dentro de él. Fue en ese instante cuando su percepción sobre los pegasos cambió para siempre, especialmente al haber estado de acuerdo con ella sobre la situación en la que estaban.

Con el tiempo, a medida que se hicieron amigos, Hitch se sentía extraño al tratar con tanta familiaridad con ponys de la realeza. Al principio, intentaba ocultar su nerviosismo detrás de su sonrisa de sheriff, pero Pipp, con su chispeante personalidad, rompió el hielo y lo hizo sentir cómodo. Lo que comenzó como una amistad se transformó lentamente en una conexión más profunda. Pipp le enseñó a disfrutar de los pequeños momentos y a no tomarse la vida tan en serio.

Finalmente, llegó el día en que confesaron sus sentimientos. Hitch nunca había estado más nervioso en su vida.

—Hitch...—dijo Pipp con una suavidad que lo dejó sin aliento. — Yo siento lo mismo que tú.

Él, sin dudarlo, la abrazó. Fue en ese instante cuando su amor floreció.

Ahora, sentado en su cama, Hitch se sumergía en aquellos recuerdos: conocer nuevas amigas, a su hijo dragón, y, por supuesto, a la pony que se convirtió en la más importante de su vida. Recordaba cómo habían enfrentado momentos tanto alegres como tristes, siempre apoyándose mutuamente como la familia que habían llegado a ser.

De repente, la puerta se abrió suavemente y una voz familiar lo sacó de sus pensamientos.

—¡Papá! ¡Ya vamos a comer! Sparky se está impacientando. —dijo una pequeña pony terrestre desde la entrada. Hitch levantó la mirada, y allí estaba su hija, entrando junto a su hermano, el cual voló por toda la habitación.

—¡Skydancer y yo no terminamos de jugar la otra vez que fuimos a comer juntos!—exclamó el pequeño tratando de apurar a su padre. Estaba ansioso por jugar con su mejor amigo, el hijo de las amigas de sus padres, Izzy y Zipp.

Y después entró ella. Pipp, con su radiante sonrisa de siempre, con su melena brillante y esa luz inconfundible que todavía le robaba el aliento.

—Pensé que te habías olvidado de nosotros. —bromeó la pelimorada.

—No, nunca lo haría. —respondió Hitch, abrazándola con calidez.

—¿Qué mirabas con tanto interés?

—Fotos del pasado. —le mostró las fotos.

—Cierto, es una de las cajas que falta por desempacar desde la mudanza.

—¡Somos nosotros!—exclamaron sus hijos, señalando fotos de cuando eran bebés. — Sparky de pequeño se veía muy adorable.

Ellos comenzaron a compararlas con fotos recientes, rieron mientras se burlaban el uno del otro.

—¡Esos son mamá y papá de jóvenes!—su hijo señaló una foto donde Pipp estaba comiendo una mazorca y Hitch estaba detrás de ella posando.

—Oh sí, del segundo día de bahía yeguamar que hicieron para mí. —recordó aquello con una sonrisa. — ¿Quién diría que después de tantos años aún estaríamos aquí?

—Y siempre lo estaremos. —respondió Hitch, mirándolo con dulzura mientras sus hijos seguían revisando las fotos y Sparky se unía al grupo.

Después de unos minutos dejaron la caja a un lado y salieron juntos hacia el almuerzo, felices de estar rodeados de la familia que habían construido con tanto amor.

✨✨✨

Ellos se casaron y tuvieron hijos, así terminó la G5. (También Zippzzy y Sunnisty)

Amén.