El del apellido difícil

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No habían mañanas que me parecieran realmente malas desde hacía tres años, no si despertaba cada día junto a él.

Me esforzaba mucho, no quería que duerma conmigo, ya era grande, pero era imposible decirle que no a esa carita regordeta, que era igual a la mia, pero mucho más joven y mucho más feliz.

Fue una sorpresa convertirme en padre, y fue un intenso dolor tener que ser uno soltero, la mamá de Charly nos dejó a los dos cuando él aún no tenía seis meses de vida.
pero logré adaptarme y reponerme, lo crié solo haciendo malabares con dos trabajos y un alquiler que cada vez era más caro, pero no importaba, conseguiría otro empleo de ser necesario, a mi hijo nunca iba a faltarle nada.

Esa mañana era distinta, especial y algo angustiante: Charly empezaba el jardín de infantes.
Había estado preparándolo a él (y a mi) durante todo el verano y ahora ahí estábamos,como siempre,juntos, en la puerta de la escuela.

Él tenía sus rulos bien peinados y su delantal celeste que le llegaba hasta las rodillas.
yo lo tenía en brazos y miraba con desconfianza todo, no sabía muy bien dónde teníamos que ir.

Fue entonces cuándo un par de ojos claros chocaron con los míos.
vi a un tipo alto parado en uno de los salones que recibía a los nenes, supuse que sería alguien de administración así que me acerqué dejando a Charly en el piso, tomandolo de la mano.
el tipo me miraba y yo le veía cara conocida, lo cuál no era raro, trabajaba en la oficina por la mañana y en el restaurante por la noche, veía mucha gente todo el tiempo.

Charly me apretaba la mano, tenía miedo, era natural, todo ese mundo era nuevo para él, y no era el único, yo estaba aterrado de dejar a mi bebé ahi al cuidado de desconocidos.

Intenté caminar para llevarlo a la salita pero él estaba rígido, negado a avanzar.

Me arrodille a su altura y lo miré

-¿que pasa,mi amor?

-vamos a casa papi

-no,bebé, estamos en el jardín,¿ te acordas que lo hablamos? vos te quedas y papi va a trabajar

-¡no quiero!

-Charly...

-hola-dijo alguien cerca nuestro. levanté la vista encontrándome con los ojos verdes que me habían examinado al principio-¿como te llamas?

mi hijo lo miró con desconfianza y algo de enojo

-es Charly-le dije yo

-¡Charly! el del apellido difícil-dijo él y poniéndose a su altura también, se presentó-yo soy Francisco, y mi apellido es aburrido, no como el tuyo-eso provocó que Charly lo mire y se ría-¿él es tu papá?

Charly dijo que si con la cabeza y algo de timidez

-¿invitamos a tu papá adentro?

volvió a decirle que si y me miró a mi. yo miré el celular, definitivamente no podía quedarme

-me tengo que ir...

-no, esta semana no-me dijo a mi poniéndose de pie-es la semana de adaptación

-¿la que?

-la semana de adaptación donde los papis y las mamis se tienen quedar

-yo...no puedo

-si te vas ahora-me dijo mirandome. su cara volvía a parecerme familiar-no se va a adaptar nunca, necesita tu contención

-pero no avisé nada en mi trabajo

-¡y avisa!-dijo él sonriente-avisa tranquilo-agregó ofreciéndole una mano a Charly que él aceptó-te esperamos adentro

-pero...

no tuve la oportunidad de decir nada más, Charly se fue con ese tipo al aula y me quedé ahi, sin saber muy bien que hacer.

●●●

Decidí enviar un mensaje rápido y guardar el celular, prefería ignorar cualquier respuesta de mi jefe.

Dentro del aula, que estaba llena de dibujos y carteles de bienvenida, me senté junto a Charly en una silla muy chiquita.
claro que no estábamos solos, nos acompañaban unos veinte nenes más, todos acompañados con sus mamás; yo, sin contar al tal Francisco, era el único hombre.

-bueno, ya estamos todos asi que vamos a presentarnos. preparé un cartelito con el nombre de cada nene, les pido a las mamis...y papis-dijo mirandome a mi-se los enganchen en el delantal con mucho cuidado

El tipo empezó a contarnos sobre como iba a hacer esa semana, los horarios y las actividades.
yo estaba un poco incómodo, según Francisco el primer dia solo era una hora de clases y ya llevábamos cuarenta minutos con él.

Cuando nos preguntó si teníamos alguna duda antes de mostrarles a los nenes el salón, yo levanté la mano.

-¿la maestra donde está?-pregunté al fin

Él me miró confundido

-soy yo-dijo él sonriendo.

Supongo que esa fue la primera vez que Francisco sonrío para mí.

Charly: 𝐞𝐬𝐭𝐞𝐛𝐚𝐧 𝐱 𝐟𝐫𝐚𝐧𝐜𝐢𝐬𝐜𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora