La calma

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Abrí los ojos y noté que aún era de noche.
Charly dormia en lo de su abuela asi que nosotros estábamos solos.

Habíamos cenado juntos y después fuimos a la cama.
siempre era intenso, nos habíamos dormido desnudos por lo cansados que estábamos.

Pero ahi estaba yo, mirando la oscuridad, escuchando su respiración tranquila.

Me encantaba la vida con Esteban, me divertía, me sentía querido y deseado, y yo lo quería y deseaba a él, me encantaba su perfume, el olor de la crema de afeitar, el del tabaco que fumaba,incluso hasta me gustaba el aroma del jabón de su ropa.
me gustaba su risa y su voz, sus anécdotas y la atención que le prestaba a las mías, me gustaba el amor que le tenía a su hijito, me gustaba todo, porque me gustaba él.

En ese momento sentí sus manos entorno a mí cintura y un delicado beso contra mi nuca.

-¿no te alcanzó lo de anoche?-le susurré sonriendo

-nunca me alcanza, siempre quiero más de vos-murmuró enterrando sus besos entre mi pelo.

Voltee quedando debajo suyo y empezamos a besarnos.
su lengua luchaba contra la mia, sus besos siempre eran tan calientes, tan demandantes, lograba excitarme en segundos.

subi mis manos recorriendo su espalda desnuda mientras sus labios bajaban por mi mandíbula dejandome besos húmedos sobre la piel.

Abrí las piernas para él sintiendo su dureza contra la mia, chocando, generando una electricidad por todo mi cuerpo.

En breve sus manos y sus besos estaban por todos lados.
me besaba el pecho mientras sostenía mi cintura, y luego llegó al hueco debajo de mis costillas, dejando marcas tenues.

siguió bajando, debajo de las mantas y empezó a besarme los huesos de la cadera mientras con su mano empezaba a masturbarme.
Cerré los ojos y hundi la cabeza en las almohadas cuándo sentí sus labios alrededor mi pene; su lengua recorria lento toda la longitud, y luego simplemente usaba su boca para darme placer, sabía exactamente donde lamer, donde succionar, por dónde arrastrar los dientes y todo lo hacía con ganas, siempre le preocupaba que yo acabara, era como su objetivo principal.

Supe que terminé pero no podía abrir los ojos, estaba totalmente perdido en el placer, mi cabeza daba vueltas.
fue su voz la que me arrancó del ensueño

-¿puedo hacerlo?-preguntó. estaba de nuevo sobre mí, de rodillas entre mis piernas.

bajé la mano hasta el abdomen que previamente me había besado y sentí la tibieza de mi semen, ni siquiera recordaba eso.

No respondi, le apoyé las manos en el cuello y lo atraje hasta mi para poder besarlo, necesitaba sus besos de nuevo.
Él me besó mientras con sus manos empujaba mis piernas hasta la altura de mi pecho y entonces simplemente lo hizo.

Tener sexo con Esteban siempre era hacer el amor.
Él podía ser dominante, podíamos tener ciertos juegos, pero en el fondo siempre era delicado y se preocupaba por mí.
nunca dejaba de besarme incluso aunque estuviese embistiendome con violencia.
Él me besaba y apoyaba su mano en mi cabeza para que esta no golpee el respaldo de la cama, era tan protector, y todo el tiempo me recordaba cuanto le gustaba

-sos tan hermoso-susurraba en el hueco entre mi cuello y mi hombro-sos el hombre más hermoso del mundo-decía mientras metia una mano entre los cuerpos de los dos para masturbarme, él amaba que acabaramos juntos.

yo subi mis manos a su nuca y lo acaricie, me encantaba estar con él, sentirlo profundamente adentro mio, a veces estabamos tan juntos que no sabía que partes eran su cuerpo y cuales el mio, y no importaba,eramos uno.

Poco después me acurruque en su pecho.
los dos eramos un desastre de sudor y otras cosas, pero era demasiado tarde para bañarnos, ya habría tiempo.

-estás bien ¿no? ¿no te lastime?-preguntó acariciando mi cabeza y besando mi frente

-no, tranquilo

-me encanta esto

-a mi me encantas vos-le dije. sentí como sonrió, volvió a besarme, y nos quedamos dormidos de nuevo.

●●●

-se despertó el bello durmiente -escuché su voz desde la cocina

-¿te hice esperar mucho?

-solo lo suficiente para terminar el desayuno

dicho eso salió de la cocina con una bandeja llena de pan recién salido de horno inundando mis fosas nasales de ese adictivo olor

-si voy a amanecer todos los días con esta vista me considero el hombre más afortunado del planeta -dije sin disimular como lo miraba de arriba a abajo

-te gusto un poquito ¿puede ser?

mordí mi labio inferior admirando su abdomen descubierto ya que solo llevaba su pantalón pijama a cuadros.

-estoy loco por vos

-y yo por vos -llegó hasta a mi y besó mi mejilla -buenos días nene

-buenos días amor

nos sentamos en la gran mesa de madera adornada con un mantel, sonreí al ver la cantidad exagerada de comida que desbordaba sobre ésta.
el desayuno variaba entre distintas porciones de torta, tostadas francesas e incontables mermeladas del sabor que te imagines, algunas frutas cortadas en trozos y una que otra factura dulce. de solo mirarlo se me hacia agua la boca, hacia años que no me recibían con un desayuno tan inmenso como este.

-se me fue un poco la mano ¿no?

-es mucha comida para dos personas

-podemos envolverle cositas a Charly para que tome la merienda, siempre viene muerto de hambre como si mi vieja no le diera de comer, y créeme que lo hace

-también podemos alimentar a Tutty como un mes con esto

Tutty llevaba viviendo con nosotros tres hacía ya un mes; su ala estaba casi restaurada y en breve pensábamos liberarlo.

A días de hoy todavía recuerdo esa mañana.
por supuesto que no fue la peor, tendríamos por delante unas cuantas verdaderamente malas.
sin embargo recuerdo esa con claridad porque fue la calma antes del huracán.

estábamos allí desayunando juntos cuándo el timbre sonó.
Esteban fue a abrir y pude escuchar que se trataba del correo, así que no le di importancia hasta que le vi la cara cuando volvió con un sobre judicial entre las manos.

-me lo quiere sacar-dijo blanco como un papel-Mariela me quiere sacar a Charly

fue alli cuándo la calma desapareció, solo hubo huracán desde entonces.

Charly: 𝐞𝐬𝐭𝐞𝐛𝐚𝐧 𝐱 𝐟𝐫𝐚𝐧𝐜𝐢𝐬𝐜𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora