Lo que está muerto no puede morir.

La daga en la oscuridad.

Punto de vista de Theon

Thoros me ayudó a bajar de la Torre de la Mano, utilizando una cuerda salí de la torre. Con mi capa cubriéndome, abandoné los terrenos de la Fortaleza Roja. Los guardias eran laxos, por decir lo menos, no fue difícil esquivarlos usando las sombras y la oscuridad de la noche.

No me relajé ni siquiera cuando salí a las calles. Evitando a todos, desde los capas doradas hasta los mendigos, me moví de una calle a otra. Llevó un tiempo llegar al lugar donde me encontraría con Eri. Anguy le había entregado mi mensaje, y confiaba en que no me traicionaría.

Aun así, cuando llegué y vi a Eri esperándome, me detuve. En primer lugar, eché un vistazo al entorno, asegurándome de que nadie estuviera cerca, después de asegurarme de que había venido sola, me acerqué a ella.

"Eri", La llamé en voz baja.

"Theon", Respondió.

"Seré breve", le dije. "Necesito tu ayuda."

"¿En qué podría ayudarte?" Preguntó angustiada. "Tengo miedo, Theon. Por eso vine. Creo que Baelish me matará."

"Entonces, es más razón para que me ayudes", Le respondí. "Voy a matar a Littlefinger."

"¿Qué?" preguntó, impactada.

"Intentó matarme, y no creo que se detenga", le expliqué. "Ayúdame, y me desharé de él. Entonces no tendrás que tener miedo de él nunca más."

"Esto es una locura", Dijo principalmente para ella.

"Es la única manera", le dije. "Sabes lo horrible que es. Vamos a acabar con él, juntos."

"¿Cómo?" Preguntó.

"Solo necesito que lo vigiles", Le informé. "Obsérvale durante unos días, observa  cuándo viene, cuánto tiempo se queda en el burdel, cuántos guardias tiene. Y así sucesivamente. Yo me encargaré de todo lo demás."

"Si te ayudo, ¿qué pasará después?" Me preguntó.

"Él debería tener libros de cuentas en su despacho o en algún lugar del burdel. Lo conseguiré para ti", Le dije a Eri. "Con eso podrás hacerte cargo del burdel. ¿Sabes leer y escribir?"

"Sí, mi padre era comerciante. Me enseñó", respondió.

"Enviaré a Anguy después de unos días. Escribe todo lo que sepas y dáselo a él."

Después, esperé a que ella se fuera y me volví para regresa para regresar. Justo cuando estaba a punto de irme, vi a un niño de reojo. Sin pensarlo, me volví y corrí hacia él. Lo atrapé escondiéndose entre dos edificios.

"¿Cuál es tu nombre?" Pregunté. "Responde, ¿cuál es tu nombre?"

El niño se mantuvo en silencio, no mayor que Bran. Le cubrí la cara y le abrí la boca. No tenía lengua. Maldición Varys, el niño era uno de sus pajarillos. Sabía lo que tenía que hacer, no podía arriesgarme. Así que saqué la daga de acero valyrio de mi cinturón...

...

Después de subir de nuevo a la Torre de la Mano, me quité la capa. Thoros todavía estaba ahí, mirándome. Le devolví la mirada pero no dije nada y simplemente caí en mi cama, enterrando mi rostro en la almohada.

No recuerdo cuándo lloré la última vez, ni en esta vida ni en la anterior, pero ahora sollozaba como un niño pequeño en mi almohada. Odio todo esto, este mundo cruel y lo que comenzó a hacer de mí. Quería volver a casa, donde estaba a salvo, donde no necesitaba temerme a mí mismo y mis simples preocupaciones eran levantarme temprano a laburar.