El lugar más hermoso de Poniente.

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Nota: Hola a todos, hoy en la mañana me di cuenta de que los dos capítulos anteriores no eran visibles en mi celular por alguna razón. No sé si ustedes pudieron leer el capítulo 3 ayer o si no fueron notificados pero creo que el problema ya se solucionó. Espero que les esté gustando esta historia.

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Punto de vista de Theon

La hermosa capital de Poniente, Desembarco del Rey, estaba frente a nosotros. Estaba llena de educadas personas sin hogar que pedían monedas. Niños corrían por las calles, atrapando palomas y ratas para alimentarse durante el día. Encantadoras mujeres ofrecían su calor por una noche, paradas en las calles cerca de burdeles o no. Los confiables Capas Doradas patrullaban  si es que estaban de humor. En realidad, les muestra a los extranjeros lo que es el verdadero Poniente.

Pero en serio, tengo que preguntarme cómo alguien puede vivir acá. Apenas había estado en Desembarco del Rey durante más de cinco minutos, y casi vomito. Solo se podía oler dos cosas en esta ciudad: la mierda y el pis, o el perfume. Ambos eran muy fuertes, y aunque prefiera el olor del perfume, no puedo evitar ahogarme con él.

Una vez que llegamos a la Fortaleza Roja, mejoró. El olor de las calles no llegaba tanto allí. Pero no aprecié particularmente cómo algunas personas me miraban como si fuera un pedazo de carne para devorar. Una vez que Lord Stark se fue, me ordenaron desempacar las cosas que traje conmigo. Ni siquiera me molesté en hacerlo. Simplemente dejé caer mi bolsa junto a mi cama y lo dejé así.

La cena fue encantadora, al menos. Comí un filete y bebí un poco de vino para ayudarme a dormir esta noche. Sabía que no había forma de que me asesinaran tan pronto, pero mi mente no dejaba de pensar que siempre me sucedería algo peor.

Al día siguiente, no hice mucho ya que realmente no había mucho que hacer. Simplemente practiqué con algunos guardias, comí, bebí vino, leí un libro y disparé algunas flechas a los blancos. No sentía un deseo particular de hablar con otros señores en la Fortaleza Roja. Dicho esto, conocí al príncipe Jalabhar Xho. Era un personaje interesante que no recordaba mucho de los libros.

El príncipe Jalabhar Xho tiene una personalidad colorida, al igual que su ropa con mucho verde y rojo. Mi ropa era lo contrario a la suya; era principalmente negra con algo de marrón. 

"Practicando de nuevo, joven señor", Jalabhar me saludó en el campo de tiro. Como de costumbre, tenía consigo un hermoso arco dorado.

"Como siempre, ¿qué más hay para hacer?" Le respondí. "Si tuviera algo de oro, quizás hubiera ido a un burdel o algo así. Tal vez conseguir una bonita chica isleña de verano. Esas siempre están en alta demanda".

"Lo son. Incluso las chicas dornienses no pueden competir con ellas por clientes", Respondió Jalabhar.

"Así que el Rey te ha vuelto a rechazar", Le pregunté.

"Sí, lo hizo", Respondió. "Parece que me conoces mejor de lo que la mayoría lo hace".

"Siempre vienes aquí después de visitar al Rey, y si el hubiera aceptado, no creo que vendrías", Le respondí. "¿Por qué no encuentras algún gran caballero y lo dejas pelear por ti? ¿No es así como se deciden los gobernantes en las Islas del Verano, entre dos luchadores?"

"Más bien son equipos que luchan entre sí, y usamos lanzas y hondas que la mayoría de los caballeros en Poniente no saben usar o saben poco al respecto", Respondió Jalabhar.

"Eso es una lástima", respondí, simplemente sin importarme. "Sabes que el Rey no te ayudará, y los otros señores te ven como un mendigo".

"Lo sé. ¿Cómo podría no? Pero, ¿qué hago? Perdí mi hogar y no tenía a dónde  ir", Respondió con una amarga sonrisa.

Lo que está muerto no puede morir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora