Después de todo lo pasado. La vida en la gran colonia de Londres, no era para nada mala. William dejó de ser abogado y empezó a trabajar en una bodega popular en la zona, de un hombre muy rico. No paso mucho cuando, de un momento a otro se convirtió en comerciante y con las ganancias cubría su vida y la de su nueva familia. Su casa no era más grande que la antigua, pero solo por unos metros. Esta era perteneciente a un viejo conde viudo, al cual después de su muerte, su casa se puso en venta. De alguna manera fue vendida a los Dempster, el nuevo apellido de los Cormarc, a un precio muy bajo, casi fue como una herencia. Tal vez alguien tuvo algo que ver con esto. La ley sin testigos esta oculta. Pero la casa le dio de vuelta la fama a los Cormarc, ahora Dempster, en la colonia.
Anne no conoció la pobreza y pudo estudiar en buenas escuelas de ese territorio. No tuvo muchos amigos, gracias a las peleas que sostenía contras sus compañeros. Muchas veces la directora de la escuela citaba al importante ex abogado, por problemas que Anne ocasionaba. En una de estas reuniones casi fue expulsada, debido a que hubo una vez que amenazo a una de sus compañeras llamada Elizabeth Cástor, con un cuchillo muy pequeño, que siempre llevaba en sus trajes para defenderse. Con tan solo 13 años de edad, por una pequeña discusión.
Elisabeth era una muchacha rubia, de ojos azules y redondos, parecían dos monedas. Era delgada como una gran vara con peluca, y en su rostro tenía unas cuantas pecas, que, con sus lunares se juntaban. Era hija de Joseph Cástor y doña Petunia, padres adinerados, para sorpresa, vecinos de la familia Dempster.
La familia Dempster, no los soportaban. Los Cástor eran muy engreídos. Siempre intentaban ser mejores que los Dempster, y con muy disimulado rostro, siempre decían que no era su intención. Por lo cual, que la directora llamara a William por discusiones entre estas pequeñas, era común. William Dempster bien lo ocultaba, pero, aunque pedía disculpas a la directora por el comportamiento de Anne, secretamente la apoyaba.
El tiempo pasaba y la pequeña Anne crecía. Se convirtió en una chica que gozaba de maravillosa belleza. Su cabello se hizo largo y se tornó a un color castaño claro, pero que con los rayos del sol simulaban ser rojos. Era codiciada por muchos hombres, hasta por los ya casados, a los cuales sus mujeres protestaban. Por esta razón muchas veían a Anne como ladrona de esposos, y ni siqquiera se acercaban a ella. Aun así, muchas otras la admiraban y se le querían acercar, pero su carácter seguía de igual de rebelde y violento. Su personalidad y sus deseos no cambiaban en absoluto. Por lo que al final las personas la esquivaban.
Anne en sus tiempos libres huía de casa. Era una gran estratega. Huía por las puertas traseras cerca del comedor, donde siempre había una ventana abierta. En verdad esta ventana tenía un problema en su bisagra. Ella esperaba a que el servicio estuviera ocupado en otras tareas, y se daba a la fuga.
A los lugares más comunes a los que iba era a las tabernas, cerca de las costas, donde los piratas bebían y contaban sus historias. Es ahí donde en una pequeña mesa, cerca de unas viejas y sucias cortinas, hablaban tres piratas.
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Anne Bonny
Adventure¿Existe acaso una chica capáz de desafiar a más de 100 hombres? ¿Podría superar el sabor amargo de la traición y el dulce deseo de su mayor amor? No existe otra chica que desee buscar sus sueños como Anne Bonny. Ella es capaz de desafiar bárbaros c...