¿Existe acaso una chica capáz de desafiar a más de 100 hombres? ¿Podría superar el sabor amargo de la traición y el dulce deseo de su mayor amor?
No existe otra chica que desee buscar sus sueños como Anne Bonny. Ella es capaz de desafiar bárbaros c...
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Isla Andros está cerca y las estrellas están sobre un firmamento iluminado por un velo blanco de luz lunar.
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(Imagen no mía, pero es realmente hermosa. Gracias por su fotógrafo)
Mark, el joven de Prusia, estaba recostado en un rincón de la popa del ¨Revenge¨ y reescribía cosas inentendibles en algunos pedazos de papel. El muchacho media las estrellas. Más bien su distancia y su conexión con los puntos cardinales, sus olas y las mareas. Era un muchacho muy listo, pero callado como una lechuza midiendo a su presa.
Algunos decían que su madre debió haber sido bruja o su padre algún hombre maldito. El punto era que nadie conocía nada más de este muchacho y solo se inventaban rumores para tener algo que hablar sobre él.
Jack a estas cosas no prestaba atención y ni se molestaba en defender o meterse en la vida del muchacho. Solo era un forastero, mientras hiciera lo que él le mandaba, no había ningún problema. En cambio, a Anne este tal Mark Reed le intrigaba. Desde el color dorado de su cabello tapado entre un caluroso sombrero, hasta sus zafiros con eclipse de sus ojos.
Llegada la madrugada, aún sin rastro de los rayos del sol al alba, un par de gabiotas estaban dormidas en el penol. Ligeras olas silenciosas se abren camino hacia la orilla. Jack y nueve de sus hombres, entre ellos Anne y Mark, remaban hacia las orillas de Brooks Point dónde Yovany tenía una taberna bien acomodada. Muchos barcos de diferentes partes del mundo llegaban a reposar en las costas de este lugar e iban directo a beber y comprar suplementos en la taberna de Yovany. La taberna se llamaba Brooks Point, así como el lugar, su nombre era una rebundancia e indicaba sitio de reunión.
El Revenge estaría un poco lejos de este lugar, pero reposando en la orilla a unos cuantos metros. Si por alguna razón algún barco enemigo aparecía de la nada, podían escapar bajo el mando del teniente Fernando, mientras que Jack y los otros nueve hombres podían tomar el Fresh Greek en dirección contraria por una especie de canal sin salida hacia la jungla de la isla.
Como estaba planeado, Jack y su tripulación fueron disfrazados y sin llamar mucho la atención, ataron las barcas a un muelle que tenía un belero y una pequeña fragata echadas anclas.
